La Paz, Baja California Sur.- En 1966, José Amador Vizcaíno Estrada decide comprar el taller de uno de sus amigos, con la idea de independizarse y emprender su propio negocio, han pasado 53 años desde entonces, sigue divirtiéndose y viviendo de él, aunque quien está al frente es ahora su hijo, él junto a su negocio Cortinas, persianas y alfombras Javiz, es uno de los más antiguos y que continúan en pie.
José Amador llegó con su familia a La Paz, en 1964, debido a motivos de salud de su padre, sin embargo, decidió no estudiar, por lo cual tuvo que incorporarse al negocio familiar, donde duró poco tiempo, decidió emprender su propio negocio, y vio en las persianas una oportunidad para hacerlo.
Así que a través de algunas facilidades de pago, logró comprar el local, el cual consistía en un pequeño y modesto establecimiento, por lo cual tuvo que invertirle mucho trabajo y hacerse de buenos empleados para salir adelante.
En aquel tiempo sólo había dos tiendas de persianas en todo el estado, lo que ayudó a que el negocio creciera y se expandiera para surtir en otros municipios, de tal manera que al poco tiempo Cortinas Javiz llegó a tener clientes desde Mulegé hasta Los Cabos, y poco a poco se empezó a abrir camino en un mercado en el que la gente acostumbraba a hacer pedidos provenientes de los Estados Unidos y de otros estados de la república mexicana, hasta el punto de convertirse en el principal negocio de decoración en el estado.
AUGE DE LAS CORTINAS DE TELAS
Durante el desarrollo del negocio hubo altas y bajas, y diversos fenómenos, entre otros estuvo el auge de las cortinas de tela, ya que en BCS era tradicional usar persianas metálicas gruesas, sin embargo, José Amador, en los años 70 empezó a ofrecer a sus clientes otro tipo de cortina de telas, a través de catálogos que le proporcionaban los proveedores de textiles, y fue en esa fecha que la cortina de tela se hizo tendencia.
Con esta idea se inició un modelo de negocios en el que conformó un taller de costura con hasta 14 costureras, donde se confeccionaban cortinas sin parar, y gracias a los ingresos se pudo construir el edificio que alberga el negocio hasta hoy.
La empresa ha decaído como resultado de la llegada de grandes corporaciones que ofrecen productos para decoración de interiores, entre éstos cortinas, alfombra y persianas, y debido a que muchas costureras renunciaban y pasaban de ser empleadas a ser competencia del negocio, al ofrecer sus productos directamente a la gente,sin embargo, esto no le quita el mérito de ser una empresa con gran trayectoria y motivo de gran orgullo sudcaliforniano.
