La Paz, Baja California Sur.- Por mucho tiempo Alborada Ortega Trasviña y Marco Alejandro Mejía Sarabia se apoyaron en la industria de las piñatas para poder solventar los gastos de sus estudios y posteriormente fue un ingreso extra para su pequeña y joven familia, sin embargo nunca se imaginaron que en algún momento se dedicarían de lleno a esto, pero mencionan “la vida nos fue llevando”.
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Desde hace seis años, a pesar de que ambos tenían sus empleos, decidieron ofrecer sus piñatas a más dulcerías y desde ese momento la industria los rebasó y renunciaron a todo lo demás, teniendo cada año más y más pedidos y ganancias.
El día de hoy, mencionan, son proveedores de todas las dulcerías del centro de La Paz, como La Coneja, La Ranita, Aladinos, El Bodegón Dulcero, etc., y además desde hace dos años se incluyeron a la lista a las dulcerías Sotres.
A pesar de que las dulcerías tienen muchos proveedores debido a que ha crecido la comunidad piñatera, ellos se han convertido en el principal proveedor, ya que en cuanto a precio, servicio y calidad los productos de Marcos y Alborada son muy justos, además de ofrecer ciertos servicios que por falta de solvencia económica y de un equipo de trabajo otros piñateros no pueden dar, como tener piñatas en stock, personalizar y entregar piñatas en cuestión de minutos y hasta la posibilidad de dar créditos a los dulceros.
Este año, antes de iniciar diciembre, ya habían realizado la entrega de 250 piñatas, sin embargo hasta el momento han perdido la cuenta de cuántas piñatas han vendido o tienen pedidas, ya que es el mes en el que es imposible llevar control, tener un día relajado o establecer un horario fijo.