La Paz, Baja California Sur (OEM- Informex).- María Dionisia Villarino Espinoza conocida como “La Coronela” fue una luchadora social nacida en Todos Santos un 25 de junio de 1865, según la historia enmarcada en Baja California Sur, participó en la Revolución Mexicana en labores de inteligencia, de espionaje, curando heridos y proporcionando alimento y agua a los soldados.
Dionisia, junto con María Jesús Carlón y su amiga “La Chayola”, con el pretexto de vender alimentos, ofrecía tequila a las tropas enemigas, emborrachaba a los solados enemigos, obteniendo con ello información relevante sobre los revolucionarios.
En el año de 1913, la luchadora social tomó parte activa junto al grupo revolucionario que se pronunció contra Victoriano Huerta. Ese mismo año se hallaba Manuel F. Montoya en el mineral de Cananea, Sonora y al estallar la Revolución, La Coronela ingresó a las filas de los viejos maderistas, comandados por el General Luis Hernández, apodado “El Comanche”, quien entonces era coronel.
Manuel F. Montoya, siendo teniente de Caballería y estando en Sonora, fue informado de que sus hermanos Diego y Gumersindo habían sido tomados prisioneros por órdenes de Pedro Condés de la Torre, comandante de la plaza de Santa Rosalía; el teniente Montoya decide regresar a su tierra y lo hace en compañía de cinco hombres, viniéndose por la sierra, deteniéndose en “El Pozo”, cuando las tropas federales habían salido para atacarlos.
En este lugar habló con Cruz Murillo, jefe de la avanzada del gobierno, no puso resistencia y luego de haber comido y bebido los alimentos que le llevara doña Dionisia Villarino, se internó en la “Mesa de la Calera”, junto con el mayor Gaspar G. Vela pues los otros compañeros habían tomado distinto rumbo.
En la Mesa de la Calera fueron sorprendidos Montoya y Vela la mañana del 30 de octubre por las fuerzas federales del capitán Barrón, el enemigo recurrió a la fuerza bruta y desigual, haciendo que el barco de guerra “Tampico”, disparara ochenta y seis cañonazos contra “Casa Blanca”.
Doña Dionisia Villarino, quien dio muestras de su valor natural, de su temeridad y arrojo al desafiar el poder de Pedro Condés de la Torre, se llevó a su casa a “Los mártires de la Casa Blanca”, por lo que el bárbaro comandante llamón a apresarla confinándola a las mazmorras de la cárcel.
La lucha revolucionaria continuó y en 1914 el teniente Pedro Altamirano tomó la Plaza de Santa Rosalía dominando a la guarnición federal, Pedro Condés de la Torre es vencido por los revolucionarios y desterrado a Guaymas.
Dionisia Villarino fue liberada por órdenes del general Maytorena, se fue a vivir a Santa Rosalía y para sostener su hogar regresó a sus actividades como costurera alternándolas con las de partera.
Pasado un tiempo retornó a su pueblo natal, Todos Santos, de donde viajaba con cierta frecuencia a San Francisco California, para visitar a sus hijas que radicaban en Estados Unidos, pero su residencia habitual era una pequeña casita de ladrillo rojo marcada con el número 38 en la calle Juárez, en su natal Todos Santos.
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La mujer luchadora falleció un 27 de abril de 1957 debido a enfermedades que se agudizaron, Villarino Espinoza es un ejemplo en el pueblo sudcaliforniano, con el paso de los años sigue siendo recordada y reconocida por su gran lucha social.