La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- El psicólogo Eduardo Ibarra nos cuenta que su experiencia con su profesión lo tuvo a corta edad sin darse cuenta, ya que si lo apegamos a su terminología” llamado a”, él sintió que esta lo llamó desde que estaba en la primaria en ese periodo de su vida no sabía que se llamaba psicología de hecho no ubicaba la carrera ni nada por el estilo, pero le pasaba mucho que sus compañeros de clase se acercaban a él para platicarles sus problemáticas típicas de la edad como lo eran que sus padres se habían enojado o separado, en ese momento no sabía que decirles pero existía ese lazo de confianza, hechos que se fueron dando tanto en secundaria y preparatoria, pero también estaba la espinita de ser docente, pero cuando estaba ya por perfilarse a lo que serían sus estudios profesionales pasaron pensamientos que lo llevan a inclinarse a lo que hoy es su gran pasión la psicología clínica, que ya la conocía pero no como era en realidad, la cual lo sorprendió y aprendió con detalle pues algo que ha aprendido a lo largo de todos sus años de trayectoria es que el estudio es continuo.
¿QUÉ LE HA DEJADO LA PSICOLOGÍA?
Eduardo siente mucha satisfacción de poder apoyar al prójimo por medio de su profesión, muchas personas le preguntan constantemente que si no lo cansa estar escuchando tantas quejas y problemas, a lo que él responde: que no, porque le gusta escuchar. Otro punto importante que llevan a cabo los psicólogos es que si atienden a pacientes por ende tienen que ingresar a un proceso terapéutico, de hecho formativamente es obligatorio, sino no se gradúan, de hecho se está hablando de meses en terapia, no una o dos veces como se piensa.
Una vez que se pasa el criterio como proceso de graduación (se aplica mas al clínico no a la psicología educativa y laboral) ya que algunas veces no llevan ese requisito, pero quienes son psicólogos clínicos tienen que salir con el proceso terapéutico concluido al menos en la primera fase y cuando se ejerce la carrera y se empieza a atender pacientes y se tiene que llevar el proceso terapéutico a la par, porque los psicólogos son seres humanos y los problemas pueden mover cosas de su realidad y se puede enganchar.
Un psicólogo no resuelve los problemas, sino que más bien ayudan a identificar el conflicto que se está viviendo detrás fondo. Eduardo Ibarra aparte de ser terapeuta es maestro y da su clase en la carrera de psicología, para él es satisfactorio ver a sus alumnos que cada vez son mejores tanto profesionalmente como personalmente.
Durante la pandemia del Covid-19 los problemas de pareja fueron los que más se agudizaron y también los duelos y Eduardo Ibarra recalca que la psicología no se ha considerado al cien por ciento como una actividad de prioridad y ello hizo que él y algunos compañeros de su profesión lo ejerzan presencialmente y otros en línea, además de que muchos bajaron sus costos y otro tanto los mantuvo igual.
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Eduardo Ibarra manda un mensaje a todos los lectores del Sudcaliforniano para que no bajen la guardia ante la pandemia y agradece el apoyo y los invita a que si lo creen necesario acudan a una terapia, ya que la cultura de asistir ha ido mejorando al paso del tiempo ya que cada vez más personas acuden a buscar ayuda psicológica por lo bueno que deja a cada persona a largo plazo, ya que ha habido un buen cambio generacional y aunque hay viejos con ideas nuevas y jóvenes con ideas viejas todo es generacional.
A sus colegas los felicita por su día y a que se siga con la buena actualización y en la búsqueda de las mejores formas y maneras, sobre todo a aprender a trabajar en equipo y que se permita la apertura a las diferentes posibilidades y escuelas, entiéndase en psicología en marcos teóricos de intención e intervención que sean funcionales y éticos.
