/ martes 10 de diciembre de 2019

Un italiano en California Sur antes de la Revolución (V)

Ultima de cinco partes

La pequeña ciudad del El Triunfo está situada a 500 metros sobre el nivel del mar; tiene solamente unos 3000 habitantes. Su clima es templado y bastante sano a pesar del agua potable, no muy buena.

Las lluvias caen mucho más abundantemente que cerca de La Paz, y con las obras necesarias se podría obtener el volumen de agua necesario para regar todos los terrenos de los alrededores. Hay lugares en donde, con un gasto relativamente reducido, se podría construir presas con las que esa región podría ser una de las más fértiles de la Baja California, especialmente para forrajes y para árboles frutales.

El Triunfo es simpático: las casas son limpias y bien pintadas, los habitantes muy francos y expansivos, amantes del orden y del progreso, hospitalarios y no fanáticos.

A pesar de su poca importancia, El Triunfo tiene también una pequeña biblioteca pública, muy bien dotada.

Decididamente la Baja California merece todo el apoyo del gobierno central, y que vayan comisiones de personas aptas e inteligentes a estudiar de una manera detallada y profunda ese país y sus habitantes.

La ProgressMining Co es una compañía que desde hace 40 años explota en El Triunfo y San Antonio minerales de baja ley, habiendo adoptado en los últimos los sistemas de la cianuración y de la concentración; proporciona trabajo a cerca de 700 obreros y tuvo sus momentos de auge y otros muy difíciles.

Cuando nosotros pasamos por El Triunfo, el descubrimiento de nuevas minas de oro hacía presagiar una mejoría en sus condiciones financieras.

En la mina de la Progreso Mining Co se han efectuado trabajos importantes y hay galerías largas de más de 160 kilómetros. Abundan los sulfuros de arsénico, de plata, de antimonio y de zinc, y la mica en capas delgadas.

UN MINERAL EN HONOR A DON ARTURO C. NAHL

El geólogo norteamericano John Reid descubrió allí un mineral nuevo que llamó Nahlita, del nombre del ingeniero [Arthur Charles] Nahl, director de la compañía; se compone de antimonio, fierro, azufre, plomo y plata.

Se puede asegurar que, en general, las minas de la Baja California no pueden ser explotadas más que con capitales que permitan la adopción de sistemas enteramente modernos para metales muy abundantes pero de leyes poco altas.

En El Triunfo pasamos una nochecita muy agradable; la señora doña Francisca Estrada de Soler tuvo la amabilidad de convidarnos a pasar algunas horas en su casa, donde había reunido unas personas de su amistad. Se hizo un poco de conversación y algo de música; la señorita Delfina, hermana de la señora, tocó unas dancitas y pasamos el rato en perfecto buen humor.

Vaucresson no abandonaba con la vista la calle, en donde una hermosa y pálida figura de mujer pasaba y volvía a pasar para oír seguramente los bellos acordes de la danza Los besos que te di.

Cuando salimos, la pálida incógnita había desaparecido.

A corta distancia de El Triunfo está la ciudad de San Antonio, hoy día decaída; un poco más adelante Todos Santos, en donde se cultiva la caña de azúcar y se fabrica piloncillo de muy buena clase.

En esos días, una compañía americana había comprado en esa región, por un precio irrisorio, un yacimiento de finísimos mármoles blancos y de colores que pensaba explotar con medios modernos.

En terrenos de esa municipalidad se encuentra también amianto pero de no de buena calidad.

Cuando estuvimos de regreso en La Paz, tomamos en seguida pasaje para Guaymas.

Pasamos cerca de la isla del Carmen, en donde la compañía inglesa The Pacific Salt Co Ltd explota, con un capital de 150,000 libras esas salinas enormes, extrayendo más de 50,000 toneladas anuales de sal. Esta sal ofrece la particularidad de que no necesita ni ser lavada ni refinada; es tan pura que se puede vender precisamente como la sacan pues contiene el 98 % de cloruro de sodio.

Ultima de cinco partes

La pequeña ciudad del El Triunfo está situada a 500 metros sobre el nivel del mar; tiene solamente unos 3000 habitantes. Su clima es templado y bastante sano a pesar del agua potable, no muy buena.

Las lluvias caen mucho más abundantemente que cerca de La Paz, y con las obras necesarias se podría obtener el volumen de agua necesario para regar todos los terrenos de los alrededores. Hay lugares en donde, con un gasto relativamente reducido, se podría construir presas con las que esa región podría ser una de las más fértiles de la Baja California, especialmente para forrajes y para árboles frutales.

El Triunfo es simpático: las casas son limpias y bien pintadas, los habitantes muy francos y expansivos, amantes del orden y del progreso, hospitalarios y no fanáticos.

A pesar de su poca importancia, El Triunfo tiene también una pequeña biblioteca pública, muy bien dotada.

Decididamente la Baja California merece todo el apoyo del gobierno central, y que vayan comisiones de personas aptas e inteligentes a estudiar de una manera detallada y profunda ese país y sus habitantes.

La ProgressMining Co es una compañía que desde hace 40 años explota en El Triunfo y San Antonio minerales de baja ley, habiendo adoptado en los últimos los sistemas de la cianuración y de la concentración; proporciona trabajo a cerca de 700 obreros y tuvo sus momentos de auge y otros muy difíciles.

Cuando nosotros pasamos por El Triunfo, el descubrimiento de nuevas minas de oro hacía presagiar una mejoría en sus condiciones financieras.

En la mina de la Progreso Mining Co se han efectuado trabajos importantes y hay galerías largas de más de 160 kilómetros. Abundan los sulfuros de arsénico, de plata, de antimonio y de zinc, y la mica en capas delgadas.

UN MINERAL EN HONOR A DON ARTURO C. NAHL

El geólogo norteamericano John Reid descubrió allí un mineral nuevo que llamó Nahlita, del nombre del ingeniero [Arthur Charles] Nahl, director de la compañía; se compone de antimonio, fierro, azufre, plomo y plata.

Se puede asegurar que, en general, las minas de la Baja California no pueden ser explotadas más que con capitales que permitan la adopción de sistemas enteramente modernos para metales muy abundantes pero de leyes poco altas.

En El Triunfo pasamos una nochecita muy agradable; la señora doña Francisca Estrada de Soler tuvo la amabilidad de convidarnos a pasar algunas horas en su casa, donde había reunido unas personas de su amistad. Se hizo un poco de conversación y algo de música; la señorita Delfina, hermana de la señora, tocó unas dancitas y pasamos el rato en perfecto buen humor.

Vaucresson no abandonaba con la vista la calle, en donde una hermosa y pálida figura de mujer pasaba y volvía a pasar para oír seguramente los bellos acordes de la danza Los besos que te di.

Cuando salimos, la pálida incógnita había desaparecido.

A corta distancia de El Triunfo está la ciudad de San Antonio, hoy día decaída; un poco más adelante Todos Santos, en donde se cultiva la caña de azúcar y se fabrica piloncillo de muy buena clase.

En esos días, una compañía americana había comprado en esa región, por un precio irrisorio, un yacimiento de finísimos mármoles blancos y de colores que pensaba explotar con medios modernos.

En terrenos de esa municipalidad se encuentra también amianto pero de no de buena calidad.

Cuando estuvimos de regreso en La Paz, tomamos en seguida pasaje para Guaymas.

Pasamos cerca de la isla del Carmen, en donde la compañía inglesa The Pacific Salt Co Ltd explota, con un capital de 150,000 libras esas salinas enormes, extrayendo más de 50,000 toneladas anuales de sal. Esta sal ofrece la particularidad de que no necesita ni ser lavada ni refinada; es tan pura que se puede vender precisamente como la sacan pues contiene el 98 % de cloruro de sodio.