/ viernes 17 de noviembre de 2023

Tandariola | AcapulcOtis

Acuérdate de Acapulco, María bonita. Acuérdate que como Sudcalifornia, está en la ruta indetenible de huracanes y tormentas implacables. Acuérdate de su imponente infraestructura turística y sus construcciones endebles. Acuérdate que la naturaleza es impredecible. Acuérdate que se ubica frente al océano Pacífico con esa belleza azul y vegetal. Acuérdate.

Solo quienes hemos vivido en carne propia una experiencia de devastación causada por un huracán podemos comprender los alcances de una tragedia como la que se vive en Guerrero, situación tremenda de desastre causado por agua y aire incontenibles, y también la que hace visible la parte más ruin de la civilización como una oportunidad que no se debe desaprovechar para el beneficio y con la seguridad de la no imputación.

Sudcalifornia tiene varias coincidencias recientes con Guerrero, los han azotado fenómenos que inician con la letra O: Odile y Otis, nombres tan pocos comunes como el impacto que produjeron en la zona de mayor dinamismo económico. En este parangón, las imágenes de las emergencias son similares, la destrucción y el peligro, la rapiña y el turismo atónito, la falta de energía eléctrica y la pérdida de viviendas y pertenencias, la inoperancia de las instancias y la exigencia social. Es el rostro de la impotencia.

Mucho sigue viéndose en los noticieros el contundente golpe a la economía de una entidad como Guerrero, tan enfocada, como la nuestra, al servicio. Otra coincidencia.

Una más. Como en la media península, el municipio de Los Cabos tiene más población que el de La Paz que alberga a la capital del estado; allá, el municipio de Chilpancingo de los Bravo tiene menos población que el potente ayuntamiento de Acapulco de Juárez, donde se ubica la ciudad-puerto acapulqueño que absorbe a casi el total de habitantes de ese municipio en una conurbación que termina. Así, respecto al total de la población estatal (3.5 millones de personas), de cada diez, dos están ubicados en el destino (INEGI. Censo de Población y Vivienda 2020, tabulados interactivos).

Por supuesto, Acapulco es sumamente atractivo para encontrar sustento. 91% de su población nació en esa entidad. De aquellos que han encontrado en este puerto un hogar, provienen mayormente entidades expulsoras como la CDMX, de Oaxaca y del Estado de México. Es pertinente también mencionar que Baja California Sur, indómita y atrayente, expone que el mayor registro de la migración reciente hacia nuestro estado proviene de Guerrero.

Al igual que acá, la presencia de la población extranjera y mayormente norteamericana, tienen su peso específico. 18,046 personas nacieron en otro país han abrazado el gentilicio acapulqueño, la mayor cantidad, 16,466 personas, provienen de Estados Unidos.

En la indagatoria de qué significa el nombre de Acapulco, algunos escritores españoles indican que proviene de acquae pulchrae, “aguas pulcras” (guerrero.gob.mx). Ese aspecto ha emergido ante la necesidad imperante de agua. La población ha acudido a los afluentes de arroyos que aun existen en diversos puntos del puerto, útiles para lavar ropa y darse un baño.

Nunca he ido a Acapulco, pero sí reconozco que es un sitio paradisiaco por conocer que ha sido exhibido en películas y en telenovelas, destino de luminarias del espectáculo, un punto de atracción para eventos de todo tipo. Su escudo de armas expone a unas manos rompiendo unos carrizos y hojas sueltas, por lo que también se dice que el nombre proviene del náhuatl, ácatl, que significa precisamente, carrizo. En los panoramas recientes captados con drones por la costera, los edificios se muestran como si estuvieran deshojados, inclementemente, como si fueran carrizos.

¡Eytale!

Para muchas personas el éxodo es una solución necesaria para subsistir y la población acapulqueña lo externa a casi un mes del paso de Otis. Como sucedió con Odile en Los Cabos, muchas personas dejaron ese destino y se obligaron a migrar o regresaron a sus lugares de origen. Este camino se vislumbra para las y los guerrerenses, siendo nuestra media península, con su potencia turística, una oportunidad laboral y de crecimiento. Otra coincidencia.

Comunicóloga, fotógrafa y sibarita. Premio estatal de periodismo 2022 en la categoría de artículo de fondo.

iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA

Acuérdate de Acapulco, María bonita. Acuérdate que como Sudcalifornia, está en la ruta indetenible de huracanes y tormentas implacables. Acuérdate de su imponente infraestructura turística y sus construcciones endebles. Acuérdate que la naturaleza es impredecible. Acuérdate que se ubica frente al océano Pacífico con esa belleza azul y vegetal. Acuérdate.

Solo quienes hemos vivido en carne propia una experiencia de devastación causada por un huracán podemos comprender los alcances de una tragedia como la que se vive en Guerrero, situación tremenda de desastre causado por agua y aire incontenibles, y también la que hace visible la parte más ruin de la civilización como una oportunidad que no se debe desaprovechar para el beneficio y con la seguridad de la no imputación.

Sudcalifornia tiene varias coincidencias recientes con Guerrero, los han azotado fenómenos que inician con la letra O: Odile y Otis, nombres tan pocos comunes como el impacto que produjeron en la zona de mayor dinamismo económico. En este parangón, las imágenes de las emergencias son similares, la destrucción y el peligro, la rapiña y el turismo atónito, la falta de energía eléctrica y la pérdida de viviendas y pertenencias, la inoperancia de las instancias y la exigencia social. Es el rostro de la impotencia.

Mucho sigue viéndose en los noticieros el contundente golpe a la economía de una entidad como Guerrero, tan enfocada, como la nuestra, al servicio. Otra coincidencia.

Una más. Como en la media península, el municipio de Los Cabos tiene más población que el de La Paz que alberga a la capital del estado; allá, el municipio de Chilpancingo de los Bravo tiene menos población que el potente ayuntamiento de Acapulco de Juárez, donde se ubica la ciudad-puerto acapulqueño que absorbe a casi el total de habitantes de ese municipio en una conurbación que termina. Así, respecto al total de la población estatal (3.5 millones de personas), de cada diez, dos están ubicados en el destino (INEGI. Censo de Población y Vivienda 2020, tabulados interactivos).

Por supuesto, Acapulco es sumamente atractivo para encontrar sustento. 91% de su población nació en esa entidad. De aquellos que han encontrado en este puerto un hogar, provienen mayormente entidades expulsoras como la CDMX, de Oaxaca y del Estado de México. Es pertinente también mencionar que Baja California Sur, indómita y atrayente, expone que el mayor registro de la migración reciente hacia nuestro estado proviene de Guerrero.

Al igual que acá, la presencia de la población extranjera y mayormente norteamericana, tienen su peso específico. 18,046 personas nacieron en otro país han abrazado el gentilicio acapulqueño, la mayor cantidad, 16,466 personas, provienen de Estados Unidos.

En la indagatoria de qué significa el nombre de Acapulco, algunos escritores españoles indican que proviene de acquae pulchrae, “aguas pulcras” (guerrero.gob.mx). Ese aspecto ha emergido ante la necesidad imperante de agua. La población ha acudido a los afluentes de arroyos que aun existen en diversos puntos del puerto, útiles para lavar ropa y darse un baño.

Nunca he ido a Acapulco, pero sí reconozco que es un sitio paradisiaco por conocer que ha sido exhibido en películas y en telenovelas, destino de luminarias del espectáculo, un punto de atracción para eventos de todo tipo. Su escudo de armas expone a unas manos rompiendo unos carrizos y hojas sueltas, por lo que también se dice que el nombre proviene del náhuatl, ácatl, que significa precisamente, carrizo. En los panoramas recientes captados con drones por la costera, los edificios se muestran como si estuvieran deshojados, inclementemente, como si fueran carrizos.

¡Eytale!

Para muchas personas el éxodo es una solución necesaria para subsistir y la población acapulqueña lo externa a casi un mes del paso de Otis. Como sucedió con Odile en Los Cabos, muchas personas dejaron ese destino y se obligaron a migrar o regresaron a sus lugares de origen. Este camino se vislumbra para las y los guerrerenses, siendo nuestra media península, con su potencia turística, una oportunidad laboral y de crecimiento. Otra coincidencia.

Comunicóloga, fotógrafa y sibarita. Premio estatal de periodismo 2022 en la categoría de artículo de fondo.

iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA

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