/ domingo 16 de febrero de 2020

Sudcalifornidad: origen, sentido y perspectivas

Cultura y Sociedad

Origen. La Sudcalifornidad se ha originado en la cultura de la dificultad y puede considerarse como el conjunto de cualidades que histórica y culturalmente distinguen de otros al pueblo de Baja California Sur, y que genéricamente tienen en común los habitantes de esta entidad mexicana.

Hasta donde sabemos, el primer concepto de Sudcalifornidad fue expresado por el gobernador Alberto Alvarado Arámburo en su quinto informe de labores (1986), como “ese sentimiento particular que nos vincula a esta tierra generosa, a sus desafíos y posibilidades, a sus características y a su destino.”

Y si algo distinguió a la administración alvaradista fue, precisamente, su definida, empecinada e insobornable Sudcalifornidad.

Alguna vez dijimos que ésta constituye un estado de la entraña, de la mente y del sentimiento, inseparable y fraternalmente ligado a un mexicanismo del que nuestra colectividad ha dado y continúa dando no pocas evidencias. (El Eco de California, 27 de agosto de 1986.)

La composición social de Baja California Sur se ha nutrido de sangre proveniente de muchos lugares del mundo y de las varias regiones de este país; por ello, la Sudcalifornidad se enraíza en un nacionalismo bien entendido que tiene origen en su historia, y en la universalidad que es legado de su cultura.

En 2008 tuvimos el agrado de ver decretado a “Octubre, mes de la Sudcalifornidad” por iniciativa dela legislatura local, y durante la mayor parte de sus días hubo recordaciones, en actos de mayor o menor fortuna.

Pero la disposición legislativa fue olvidada u omitida en los años posteriores, incluido el que acaba de transcurrir.

Conmemorados

El primer día de octubre (1734) inició la rebelión pericú; el 1 (1868) ocurrió el nacimiento, en La Paz, de Félix Ortega Aguilar; el día 2 (1847), los patriotas rechazaron en Mulegé la invasión norteamericana; también el 2 (1917) murió en Guadalajara, Jalisco, el general sudcaliforniano Melitón Albáñez.

El 3 (1596), Sebastián Vizcaíno impuso su nombre definitivo a La Paz; el 6 (1683), Isidro de Atondo y el jesuita Eusebio Kino fundaron el real de San Bruno; el 8 (1974) se publicó en el Diario Oficial del gobierno de la República el decreto que convirtió al territorio de Baja California Sur en estado de la federación mexicana.

El 11 (1887) nació en La Paz Agustín Arriola Martínez, primer sudcaliforniano nativo que gobernó a su tierra mediante plebiscito; el 11 (1970) tuvo lugar la magna concentración cívica Loreto 70; el 12, la villa de Todos Santos celebra su fiesta tradicional; y el 18 es día de la celebración popular en Cabo San Lucas.

El 19 (1992) fue creado el municipio de Loreto; el 23 (1847), los habitantes de San José del Cabo arriaron la bandera de los Estados Unidos en rechazo a la intervención de ese país; el 25 (1697), el jesuita Juan María de Salvatierra fundó la misión de Loreto; y el 27 (1976) fue publicado el decreto del Gobierno de Baja California Sur que creó a la Escuela Normal Superior de la entidad.

Perspectivas

Finalmente podemos intentar entender cuál es la situación actual y cuáles las perspectivas de la Sudcalifornidad, “ese sentimiento particular que nos vincula a esta tierra generosa, a sus desafíos y posibilidades, a sus características y a su destino.”

El vehículo primordial para avivar y acrecentar ese sentimiento que nos da raigambre e identidad es, incuestionablemente, la educación. Pero en lo que va del presente siglo, quienes han dirigido y debieran orientar los fines educativos se han desatendido del compromiso de hacer de ésta un medio para apuntalar y enriquecer nuestra percepción de pertenencia.

Y es que sin sentido de pertenencia, que se fundamenta y fortalece en el conocimiento histórico, de nuestra cultura, geografía y recursos naturales y sociales, las generaciones en proceso de formación lo hacen a la deriva, al garete, sin asideros, con la sola preocupación de alimentarse y cumplir el mandamiento genético de crecer y multiplicarse, sin entender por qué ni para qué, satisfaciendo sólo necesidades meramente zoológicas.

Hay libros de texto gratuitos para la educación básica sobre historia y geografía de BCS; sin embargo, su consulta parece estar al arbitrio del gusto personal de los profesores por estas materias.

Debería preocupar a todos que la extraordinaria inmigración que tiene el estado desde hace bastante tiempo, en parte con fines electoreros, como es el caso de Los Cabos, se le mantenga desprovista del conocimiento necesario de su nueva residencia, y pervive con solamente los elementos culturales que trae consigo.

¿Cómo se quiere entonces que se integren a su nueva tierra?, ¿cómo se puede creer que amen a Sudcalifornia si la desconocen en sus componentes más esenciales que son su historia y cultura?, ¿cómo esperar que adopten proyectos que de tal manera les resultan ajenos?

Responder a estas interrogantes y abordar desde el sistema educativo la incorporación de los nuevos sudcalifornianos y muchos de los nativos es tarea pendiente que sólo un gobierno consciente de ello será capaz de emprender.

Cultura y Sociedad

Origen. La Sudcalifornidad se ha originado en la cultura de la dificultad y puede considerarse como el conjunto de cualidades que histórica y culturalmente distinguen de otros al pueblo de Baja California Sur, y que genéricamente tienen en común los habitantes de esta entidad mexicana.

Hasta donde sabemos, el primer concepto de Sudcalifornidad fue expresado por el gobernador Alberto Alvarado Arámburo en su quinto informe de labores (1986), como “ese sentimiento particular que nos vincula a esta tierra generosa, a sus desafíos y posibilidades, a sus características y a su destino.”

Y si algo distinguió a la administración alvaradista fue, precisamente, su definida, empecinada e insobornable Sudcalifornidad.

Alguna vez dijimos que ésta constituye un estado de la entraña, de la mente y del sentimiento, inseparable y fraternalmente ligado a un mexicanismo del que nuestra colectividad ha dado y continúa dando no pocas evidencias. (El Eco de California, 27 de agosto de 1986.)

La composición social de Baja California Sur se ha nutrido de sangre proveniente de muchos lugares del mundo y de las varias regiones de este país; por ello, la Sudcalifornidad se enraíza en un nacionalismo bien entendido que tiene origen en su historia, y en la universalidad que es legado de su cultura.

En 2008 tuvimos el agrado de ver decretado a “Octubre, mes de la Sudcalifornidad” por iniciativa dela legislatura local, y durante la mayor parte de sus días hubo recordaciones, en actos de mayor o menor fortuna.

Pero la disposición legislativa fue olvidada u omitida en los años posteriores, incluido el que acaba de transcurrir.

Conmemorados

El primer día de octubre (1734) inició la rebelión pericú; el 1 (1868) ocurrió el nacimiento, en La Paz, de Félix Ortega Aguilar; el día 2 (1847), los patriotas rechazaron en Mulegé la invasión norteamericana; también el 2 (1917) murió en Guadalajara, Jalisco, el general sudcaliforniano Melitón Albáñez.

El 3 (1596), Sebastián Vizcaíno impuso su nombre definitivo a La Paz; el 6 (1683), Isidro de Atondo y el jesuita Eusebio Kino fundaron el real de San Bruno; el 8 (1974) se publicó en el Diario Oficial del gobierno de la República el decreto que convirtió al territorio de Baja California Sur en estado de la federación mexicana.

El 11 (1887) nació en La Paz Agustín Arriola Martínez, primer sudcaliforniano nativo que gobernó a su tierra mediante plebiscito; el 11 (1970) tuvo lugar la magna concentración cívica Loreto 70; el 12, la villa de Todos Santos celebra su fiesta tradicional; y el 18 es día de la celebración popular en Cabo San Lucas.

El 19 (1992) fue creado el municipio de Loreto; el 23 (1847), los habitantes de San José del Cabo arriaron la bandera de los Estados Unidos en rechazo a la intervención de ese país; el 25 (1697), el jesuita Juan María de Salvatierra fundó la misión de Loreto; y el 27 (1976) fue publicado el decreto del Gobierno de Baja California Sur que creó a la Escuela Normal Superior de la entidad.

Perspectivas

Finalmente podemos intentar entender cuál es la situación actual y cuáles las perspectivas de la Sudcalifornidad, “ese sentimiento particular que nos vincula a esta tierra generosa, a sus desafíos y posibilidades, a sus características y a su destino.”

El vehículo primordial para avivar y acrecentar ese sentimiento que nos da raigambre e identidad es, incuestionablemente, la educación. Pero en lo que va del presente siglo, quienes han dirigido y debieran orientar los fines educativos se han desatendido del compromiso de hacer de ésta un medio para apuntalar y enriquecer nuestra percepción de pertenencia.

Y es que sin sentido de pertenencia, que se fundamenta y fortalece en el conocimiento histórico, de nuestra cultura, geografía y recursos naturales y sociales, las generaciones en proceso de formación lo hacen a la deriva, al garete, sin asideros, con la sola preocupación de alimentarse y cumplir el mandamiento genético de crecer y multiplicarse, sin entender por qué ni para qué, satisfaciendo sólo necesidades meramente zoológicas.

Hay libros de texto gratuitos para la educación básica sobre historia y geografía de BCS; sin embargo, su consulta parece estar al arbitrio del gusto personal de los profesores por estas materias.

Debería preocupar a todos que la extraordinaria inmigración que tiene el estado desde hace bastante tiempo, en parte con fines electoreros, como es el caso de Los Cabos, se le mantenga desprovista del conocimiento necesario de su nueva residencia, y pervive con solamente los elementos culturales que trae consigo.

¿Cómo se quiere entonces que se integren a su nueva tierra?, ¿cómo se puede creer que amen a Sudcalifornia si la desconocen en sus componentes más esenciales que son su historia y cultura?, ¿cómo esperar que adopten proyectos que de tal manera les resultan ajenos?

Responder a estas interrogantes y abordar desde el sistema educativo la incorporación de los nuevos sudcalifornianos y muchos de los nativos es tarea pendiente que sólo un gobierno consciente de ello será capaz de emprender.