/ martes 6 de noviembre de 2018

¿Qué es la saturación turística?

Visión turística sudcaliforniana

Durante la actividad turística se generan de manera natural dos papeles principales, el visitante y el lugar visitado. Sin embargo, existe un tercer actor que surge como tercero en discordia, nos referimos al habitante del sitio que se visita, si bien es cierto, este último no se inmerge de manera profunda en el tema, pero resulta necesario considerar.

Desde hace algunos años hemos escuchado acerca del impacto positivo del turismo en diferentes localidades, regiones o zonas, por ello es fácil mencionar que dicha actividad es considerada un motor económico importante. En lo que refiere a los habitantes, se puede interpretar que resultan beneficiados por la derrama económica que se genera, no obstante, es necesario aclarar que el beneficio económico principal se ve aprovechado por los prestadores de servicios, ya que son ellos quienes interactúan directamente con el turista.

Al ocurrir esto, comienza la incertidumbre de los habitantes previo a las temporadas altas, donde ellos, como año con año lo ven, esperan el aumento de personas en zonas turísticas, tráfico peatonal y vehicular, entre otros. La saturación turística se puede entender como el “crecimiento excesivo de visitantes que hace que un lugar se masifique y los residentes sufran las consecuencias y cambios permanentes en sus estilos de vida, su bienestar social y su acceso a los servicios y bienes comunes” (The Conversation, 2018).

En la mayoría de ocasiones los pobladores presentan sus disgustos asegurando que debido a la saturación y masificación de entes generado por la visita de turistas se han enfrentado a problemas de congestión y privatización de espacios públicos, presión a la que se someten los inmuebles y a la exclusión de residentes del mercado inmobiliario. En lo referente al turismo de cruceros, se relata que son miles de personas quienes diariamente bajan de las embarcaciones en puertos de ciudades turísticas marítimas, generando poco aporte económico, pero sí contaminación y residuos en mayor manera.

Este fenómeno se ha presentado principalmente en Europa, más en destinos como Palma de Mallorca, París, Barcelona y Berlín. De acuerdo con The Conversation (2018), frente al hecho que las tendencias turísticas contemporáneas invitan al visitante a “vivir como un local”, se genera una sobrepoblación que desde hace ya algunos años, ha sido expuesta por los habitantes de las ciudades mencionadas de una manera abierta, donde quienes se expresan lo hacen escribiendo sobre paredes frases como “touristgo home” (turistas vayan a casa) o “Tourism = Occupation Force” (Turismo = Fuerza de ocupación), además se cuenta con un reporte de protestas y movilizaciones a tal grado de que se han generado organizaciones como la “Assamblea de Barris per un Turisme Sostenible” (Asamblea de Barrios por un Turismo Sostenible) en Barcelona, o la “Red de Ciudades del Sur de Europa Frente a la Turistización”, mismas que buscan formular y encontrar soluciones en conjunto con grupos municpales, jurídicos y ecónomicos a la problemática a la que nos hemos referido en esta columna.

A manera de retroalimentación, y basándonos en los párrafos anteriores, podemos mencionar que la sobrepoblación en estas diferentes zonas ha generado una insatisfacción por la actividad en diferentes sitios turísticos, pero es de rescatar cómo se plantean soluciones ante el fenómeno que poco a poco comienza a ser más socorrido dentro de nuestra sociedad. Es necesario recordar que el fenómeno del turismo como boom surge a partir de los años 60, a lo que nos hace entender que tras 58 años de dicho evento, el agrado por las temporadas altas ha ido en disminución en algunos habitantes.

Para el caso de nuestro estado, es fácil asegurar que estamos alejados de este evento por diferentes motivos, primeramente mencionar que no pasamos por una etapa de sobrepoblación, si bien es cierto que la tasa de crecimiento está por encima de la media nacional, no se ha llegado a un punto de saturación de espacios, como lo es en las ciudades mencionadas, pero sí es necesario mencionar que donde se ha visto en algunas ocasiones un descontento ha sido en el poco cuidado al medio ambiente, tales como playas o monumentos naturales (caso de Balandra) en la Ciudad de La Paz cuando no se ha tenido el debido cuidado con ello. Con esto podemos aterrizar que en BCS, aparentemente sería más por la cuestión del cuidado al ambiente, lo cual es completamente lógico por depender en gran medida de nuestros atractivos naturales, que por una saturación turística en función de la infraestructura y demanda de espacios.

Licenciado en Turismo Alternativo, maestro en Administración Estratégica y analista del Departamento de Economía en la Universidad Autónoma de Baja California Sur.


Visión turística sudcaliforniana

Durante la actividad turística se generan de manera natural dos papeles principales, el visitante y el lugar visitado. Sin embargo, existe un tercer actor que surge como tercero en discordia, nos referimos al habitante del sitio que se visita, si bien es cierto, este último no se inmerge de manera profunda en el tema, pero resulta necesario considerar.

Desde hace algunos años hemos escuchado acerca del impacto positivo del turismo en diferentes localidades, regiones o zonas, por ello es fácil mencionar que dicha actividad es considerada un motor económico importante. En lo que refiere a los habitantes, se puede interpretar que resultan beneficiados por la derrama económica que se genera, no obstante, es necesario aclarar que el beneficio económico principal se ve aprovechado por los prestadores de servicios, ya que son ellos quienes interactúan directamente con el turista.

Al ocurrir esto, comienza la incertidumbre de los habitantes previo a las temporadas altas, donde ellos, como año con año lo ven, esperan el aumento de personas en zonas turísticas, tráfico peatonal y vehicular, entre otros. La saturación turística se puede entender como el “crecimiento excesivo de visitantes que hace que un lugar se masifique y los residentes sufran las consecuencias y cambios permanentes en sus estilos de vida, su bienestar social y su acceso a los servicios y bienes comunes” (The Conversation, 2018).

En la mayoría de ocasiones los pobladores presentan sus disgustos asegurando que debido a la saturación y masificación de entes generado por la visita de turistas se han enfrentado a problemas de congestión y privatización de espacios públicos, presión a la que se someten los inmuebles y a la exclusión de residentes del mercado inmobiliario. En lo referente al turismo de cruceros, se relata que son miles de personas quienes diariamente bajan de las embarcaciones en puertos de ciudades turísticas marítimas, generando poco aporte económico, pero sí contaminación y residuos en mayor manera.

Este fenómeno se ha presentado principalmente en Europa, más en destinos como Palma de Mallorca, París, Barcelona y Berlín. De acuerdo con The Conversation (2018), frente al hecho que las tendencias turísticas contemporáneas invitan al visitante a “vivir como un local”, se genera una sobrepoblación que desde hace ya algunos años, ha sido expuesta por los habitantes de las ciudades mencionadas de una manera abierta, donde quienes se expresan lo hacen escribiendo sobre paredes frases como “touristgo home” (turistas vayan a casa) o “Tourism = Occupation Force” (Turismo = Fuerza de ocupación), además se cuenta con un reporte de protestas y movilizaciones a tal grado de que se han generado organizaciones como la “Assamblea de Barris per un Turisme Sostenible” (Asamblea de Barrios por un Turismo Sostenible) en Barcelona, o la “Red de Ciudades del Sur de Europa Frente a la Turistización”, mismas que buscan formular y encontrar soluciones en conjunto con grupos municpales, jurídicos y ecónomicos a la problemática a la que nos hemos referido en esta columna.

A manera de retroalimentación, y basándonos en los párrafos anteriores, podemos mencionar que la sobrepoblación en estas diferentes zonas ha generado una insatisfacción por la actividad en diferentes sitios turísticos, pero es de rescatar cómo se plantean soluciones ante el fenómeno que poco a poco comienza a ser más socorrido dentro de nuestra sociedad. Es necesario recordar que el fenómeno del turismo como boom surge a partir de los años 60, a lo que nos hace entender que tras 58 años de dicho evento, el agrado por las temporadas altas ha ido en disminución en algunos habitantes.

Para el caso de nuestro estado, es fácil asegurar que estamos alejados de este evento por diferentes motivos, primeramente mencionar que no pasamos por una etapa de sobrepoblación, si bien es cierto que la tasa de crecimiento está por encima de la media nacional, no se ha llegado a un punto de saturación de espacios, como lo es en las ciudades mencionadas, pero sí es necesario mencionar que donde se ha visto en algunas ocasiones un descontento ha sido en el poco cuidado al medio ambiente, tales como playas o monumentos naturales (caso de Balandra) en la Ciudad de La Paz cuando no se ha tenido el debido cuidado con ello. Con esto podemos aterrizar que en BCS, aparentemente sería más por la cuestión del cuidado al ambiente, lo cual es completamente lógico por depender en gran medida de nuestros atractivos naturales, que por una saturación turística en función de la infraestructura y demanda de espacios.

Licenciado en Turismo Alternativo, maestro en Administración Estratégica y analista del Departamento de Economía en la Universidad Autónoma de Baja California Sur.


ÚLTIMASCOLUMNAS