/ domingo 21 de noviembre de 2021

Primicia de la revolución mexicana en 1879

Mañana 22 de noviembre se cumplirán 142 años del lanzamiento en La Paz, Baja California Sur, por Manuel de Márquez de León, del Manifiesto Revolucionario a la Nación contra el gobierno del general Díaz, mediante el cual los sudcalifornianos se anticiparon 31 años a la lucha del país en oposición al régimen porfirista, integrando una conspiración que pretendía incendiar a todo el noroeste mexicano, de acuerdo con otros jefes de la región.

En ese documento explicaba los orígenes y objetivos de la insurrección, señalando sobre todo el incumplimiento de Díaz a los compromisos del Plan de Tuxtepec, que en su momento había sido apoyado por el propio Márquez.

Dicho documento se fundamentó en el Plan Revolucionario de El Triunfo, llamado así por haber sido redactado en la población minera de este nombre el día 5 anterior, en los siguientes términos:

“[…] reunidos los ciudadanos que suscriben en junta, y considerando: que el gobierno del general Díaz en una verdadera calamidad para la República; que ese jefe perjuro ha faltado a sus compromisos vulnerando los mismos principios que tantas veces protestara sostener, y que nada se puede esperar ya de quien la honra de la nación y la vida de los ciudadanos no merecen ningún respeto, han acordado lo siguiente:

1. Se desconoce a don Porfirio Díaz como presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

2. Se reconoce como general en jefe del Ejército que se denominará “Reformador” al ciudadano Juan N. Méndez, que obrará con facultades discrecionales para ordenar todos los elementos necesarios, a fin de salvar a la nación del estado degradante en que se haya.

3. Luego de que el ejército “Reformador” ocupe la capital de la República, será llamado al ejercicio del poder Ejecutivo al actual presidente de la Suprema Corte de Justicia [Ignacio L. Vallarta], siempre que en tiempo oportuno acepte el presente Plan; y, en caso contrario, una junta de oficiales generales, citada por el jefe del Ejército, designará a la persona que debe interinamente desempeñar la primera magistratura de la nación.

4. El presidente interino, luego de que haya tomado posesión, expedirá la convocatoria para la elección de los supremos poderes federales, acompañándola de una ley de responsabilidad que garantice sólidamente el libre sufragio del pueblo, evitando esos fraudes electorales que tanto han desacreditado a las instituciones.

5. El Congreso que se instale se ocupará de actualizar y reformar la Constitución por los medios que ella misma designe para que no se dificulte la observancia con interpretaciones violentas, ni lleguen los ciudadanos en ningún caso a verse privados de las garantías individuales, ni se tropiecen obstáculos para el buen arreglo de la hacienda pública, del Ejército y de la Marina nacionales, declarándose en sesión permanente hasta concluir.

6. Todos los militares que no reconozcan oportunamente este Plan quedarán privados para siempre de sus empleos.

7. Mientras no se instale el Congreso, el presidente interino estará investido de facultades extraordinarias en todos los ramos de la administración.

8. Todas las personas que a consecuencia de la Revolución emanada del Plan de Tuxtepec se hallan fuera del país, pueden volver a él libremente.

9. Todo individuo que en servicio del enemigo atentare contra la vida de algún prisionero, será pasado por las armas inmediatamente que sea aprehendido.

10. Se invita al general Manuel Márquez de León para que desempeñe el mando en jefe, ínterin el general Méndez se presenta a ejercer el cargo.

Ponciano Romero, Jesús Álvarez, Jesús Verduzco, Eduardo Cornejo, Luisa Saavedra, Severiano Norzagaray, Juan Norzagaray, Luz Moreno, Juan Estrada, Nicolás Amador, Nicolás Sandez, Juan Castro Villavicencio, Francisco Leyva, Victoriano Navarro, Armando Ojeda, Brígido Altamirano [y otros].

El historiador Pablo L. Martínez comenta el final de la empresa: “El jefe de esta revolución embotellada en Baja California, convencido de que de inmediato había fracasado al igual que el golpe de Sinaloa, decidió dirigirse a Estados Unidos en busca de apoyo financiero para llevar el movimiento al interior del país.”

Diversas circunstancias forzaron a Márquez de León a permanecer en San Francisco, (alta) California, más tiempo del que habría supuesto, donde llevó a cabo una importante tarea escritural de la que este cronista preparó “Don Benito Juárez a la luz de la verdad”, que editó el Archivo Histórico de Baja California Sur en este 2021.

Mañana 22 de noviembre se cumplirán 142 años del lanzamiento en La Paz, Baja California Sur, por Manuel de Márquez de León, del Manifiesto Revolucionario a la Nación contra el gobierno del general Díaz, mediante el cual los sudcalifornianos se anticiparon 31 años a la lucha del país en oposición al régimen porfirista, integrando una conspiración que pretendía incendiar a todo el noroeste mexicano, de acuerdo con otros jefes de la región.

En ese documento explicaba los orígenes y objetivos de la insurrección, señalando sobre todo el incumplimiento de Díaz a los compromisos del Plan de Tuxtepec, que en su momento había sido apoyado por el propio Márquez.

Dicho documento se fundamentó en el Plan Revolucionario de El Triunfo, llamado así por haber sido redactado en la población minera de este nombre el día 5 anterior, en los siguientes términos:

“[…] reunidos los ciudadanos que suscriben en junta, y considerando: que el gobierno del general Díaz en una verdadera calamidad para la República; que ese jefe perjuro ha faltado a sus compromisos vulnerando los mismos principios que tantas veces protestara sostener, y que nada se puede esperar ya de quien la honra de la nación y la vida de los ciudadanos no merecen ningún respeto, han acordado lo siguiente:

1. Se desconoce a don Porfirio Díaz como presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

2. Se reconoce como general en jefe del Ejército que se denominará “Reformador” al ciudadano Juan N. Méndez, que obrará con facultades discrecionales para ordenar todos los elementos necesarios, a fin de salvar a la nación del estado degradante en que se haya.

3. Luego de que el ejército “Reformador” ocupe la capital de la República, será llamado al ejercicio del poder Ejecutivo al actual presidente de la Suprema Corte de Justicia [Ignacio L. Vallarta], siempre que en tiempo oportuno acepte el presente Plan; y, en caso contrario, una junta de oficiales generales, citada por el jefe del Ejército, designará a la persona que debe interinamente desempeñar la primera magistratura de la nación.

4. El presidente interino, luego de que haya tomado posesión, expedirá la convocatoria para la elección de los supremos poderes federales, acompañándola de una ley de responsabilidad que garantice sólidamente el libre sufragio del pueblo, evitando esos fraudes electorales que tanto han desacreditado a las instituciones.

5. El Congreso que se instale se ocupará de actualizar y reformar la Constitución por los medios que ella misma designe para que no se dificulte la observancia con interpretaciones violentas, ni lleguen los ciudadanos en ningún caso a verse privados de las garantías individuales, ni se tropiecen obstáculos para el buen arreglo de la hacienda pública, del Ejército y de la Marina nacionales, declarándose en sesión permanente hasta concluir.

6. Todos los militares que no reconozcan oportunamente este Plan quedarán privados para siempre de sus empleos.

7. Mientras no se instale el Congreso, el presidente interino estará investido de facultades extraordinarias en todos los ramos de la administración.

8. Todas las personas que a consecuencia de la Revolución emanada del Plan de Tuxtepec se hallan fuera del país, pueden volver a él libremente.

9. Todo individuo que en servicio del enemigo atentare contra la vida de algún prisionero, será pasado por las armas inmediatamente que sea aprehendido.

10. Se invita al general Manuel Márquez de León para que desempeñe el mando en jefe, ínterin el general Méndez se presenta a ejercer el cargo.

Ponciano Romero, Jesús Álvarez, Jesús Verduzco, Eduardo Cornejo, Luisa Saavedra, Severiano Norzagaray, Juan Norzagaray, Luz Moreno, Juan Estrada, Nicolás Amador, Nicolás Sandez, Juan Castro Villavicencio, Francisco Leyva, Victoriano Navarro, Armando Ojeda, Brígido Altamirano [y otros].

El historiador Pablo L. Martínez comenta el final de la empresa: “El jefe de esta revolución embotellada en Baja California, convencido de que de inmediato había fracasado al igual que el golpe de Sinaloa, decidió dirigirse a Estados Unidos en busca de apoyo financiero para llevar el movimiento al interior del país.”

Diversas circunstancias forzaron a Márquez de León a permanecer en San Francisco, (alta) California, más tiempo del que habría supuesto, donde llevó a cabo una importante tarea escritural de la que este cronista preparó “Don Benito Juárez a la luz de la verdad”, que editó el Archivo Histórico de Baja California Sur en este 2021.