/ viernes 30 de abril de 2021

Pe$o

Tandariola

El valor del dinero es relativo, particularmente el peso mexicano. El planteamiento se sostiene porqueun peso era excesivopara gastar en el recreo para cualquier estudiante de primaria en la década de los setenta. Un peso valía lo mismo que el dólar en 1875(INEGI. Estadísticas Históricas de México). Un peso le echaba a mi videojuego favoritoa inicios delos noventa. Y hoy creo que hay muy pocas cosas que comprar con un peso. El dólar no entra en esa categoría porque es aburridamente estático.

No es la intención de esta entrega adentrarme en el complejo análisis de los flujos monetarios circulantes ni mucho menos en el aspecto fiduciario que realmente son temas selectos, pero sí una suerte de punto de inflexión a su casi medio milenio de uso en nuestro país.

He de decir que concebimos al dinero apegándonos al poder adquisitivo y a lo que podemos hacer con una cantidad que siempre está amenazada por la-las crisis, el aumento de los precios de la gasolina, el tipo de cambio, la UMA, el salario mínimo, etc. todo eso y más, conformado por simples y acumuladospesos con sus centavos.

Moneda unitaria para Argentina, Chile, Colombia, Cuba, República Dominicana, Uruguay, Filipinas y nuestro país, el peso es tan relativo que por la inclemente inflación el Banco de México decidió quitarle tres ceros en 1993 (El País.19/3/2018). Estos países donde se utiliza el peso han caído en sus respectivas vorágines económicas y han resuelto, como México, cambiar sus denominaciones, como Argentina que lo ha hecho en cinco ocasiones (cac.com.ar).

Era de imaginarse que la palabra peso proviene del legado español y, por ende, el origen del uso de las monedas en el viejo continente. Durante la conquista los valores de intercambio fueron transformándose paulatinamente. Del uso del cacao, ciertos tipos de conchas y otros productos, se fue cambiando al uso de círculos de metales, primero acuñados en el viejo continente y exportados hacia los territorios conquistados, aunque los indígenas se negaban a aceptarlas y hasta las desaparecían. “El castellano” o “peso” equivalía a 4.6 gramos de oro y fue en el reinado de Felipe II que se acuñaron los primeros pesos en México entre 1556 y 1598 (bbc.com).

Actualmente, el peso en su unidad es una moneda de 21.0 mm, pesa 3.95 gm, de una aleación de bronce-aluminio en su centro y un anillo perimétrico de acero inoxidable. Empezó a circular en 1996 (banxico.org.mx). Haciendo un gentil análisis numismático, lo comparo con un peso de mi infancia, una moneda con el perfil de José María Morelos y Pavón. Me parecía una monedota. Actualmente es apreciada por coleccionistas, una en particular acuñada en 1983, con acabado espejo o proof, elaborada con cuproníquel; se vende en 9,700 pesos (Milenio. 23/2/2021), aunque me he encontrado en Mercado libre una del año de 1980, sin circular, en 520 pesos. Un peso que al mismo tiempo vale muchos pesos.

Por supuesto no hay que olvidar el continuo acicate cambiario con el dólary por ende, a los devaneos económicos que acarrea. En la serie histórica de los regímenes cambiarios del Banco de México, se exhibe un periodo de estabilidad que abarca de 1954 a 1976: 12.50 pesos por dólar, una etapa que no se ha vuelto a ver. De ahí ha ido en una depreciación continua; el máximo histórico fue de 25.71 pesos por dólar en abril del 2020 (El Financiero. 5/4/2020).

Y hacia el nuevo milenio, con el exitoso y expansivo desarrollo económico y comercial de China, el yuan se posiciona imponente frente al dólar y por supuesto, frente a otras divisas. Justoha impactado en todo el mundo el lanzamiento de su ciber yuan (The Wall Street Journal.5/4/2021). Entonces, ¿seguirá el peso con ese matiz relativo ahora frente a la moneda roja?

¡Eytale!

Mi abuelo tenía una curiosa alcancía en forma de caja fuerte. Era metálica, pequeña y con su disco numerado para la combinación. Me parecía muy pesada porque mi abuelo al fallecer la dejó llena de monedas que acumuló por años. Era feriecilla. Después que pude abrirla, alineé ese cúmulo pecuniario. Algunas piezas estaban verdosas, otras tenían raros perfiles, centavos mexicanos y norteamericanos, tostones, pesos, unas eran de cobre… eran apenas unos veinte viejos pesos y cerca de medio dólar. Imaginaba un tesoro adentro. Y lo era.

Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora, escritora y sibarita. iliana.peralta@gmail.com. Esta columna disponible enTwitter @LA_PERALTA en Telegram como #ViernesDeTandaliolay en Facebook como Tandariola

Tandariola

El valor del dinero es relativo, particularmente el peso mexicano. El planteamiento se sostiene porqueun peso era excesivopara gastar en el recreo para cualquier estudiante de primaria en la década de los setenta. Un peso valía lo mismo que el dólar en 1875(INEGI. Estadísticas Históricas de México). Un peso le echaba a mi videojuego favoritoa inicios delos noventa. Y hoy creo que hay muy pocas cosas que comprar con un peso. El dólar no entra en esa categoría porque es aburridamente estático.

No es la intención de esta entrega adentrarme en el complejo análisis de los flujos monetarios circulantes ni mucho menos en el aspecto fiduciario que realmente son temas selectos, pero sí una suerte de punto de inflexión a su casi medio milenio de uso en nuestro país.

He de decir que concebimos al dinero apegándonos al poder adquisitivo y a lo que podemos hacer con una cantidad que siempre está amenazada por la-las crisis, el aumento de los precios de la gasolina, el tipo de cambio, la UMA, el salario mínimo, etc. todo eso y más, conformado por simples y acumuladospesos con sus centavos.

Moneda unitaria para Argentina, Chile, Colombia, Cuba, República Dominicana, Uruguay, Filipinas y nuestro país, el peso es tan relativo que por la inclemente inflación el Banco de México decidió quitarle tres ceros en 1993 (El País.19/3/2018). Estos países donde se utiliza el peso han caído en sus respectivas vorágines económicas y han resuelto, como México, cambiar sus denominaciones, como Argentina que lo ha hecho en cinco ocasiones (cac.com.ar).

Era de imaginarse que la palabra peso proviene del legado español y, por ende, el origen del uso de las monedas en el viejo continente. Durante la conquista los valores de intercambio fueron transformándose paulatinamente. Del uso del cacao, ciertos tipos de conchas y otros productos, se fue cambiando al uso de círculos de metales, primero acuñados en el viejo continente y exportados hacia los territorios conquistados, aunque los indígenas se negaban a aceptarlas y hasta las desaparecían. “El castellano” o “peso” equivalía a 4.6 gramos de oro y fue en el reinado de Felipe II que se acuñaron los primeros pesos en México entre 1556 y 1598 (bbc.com).

Actualmente, el peso en su unidad es una moneda de 21.0 mm, pesa 3.95 gm, de una aleación de bronce-aluminio en su centro y un anillo perimétrico de acero inoxidable. Empezó a circular en 1996 (banxico.org.mx). Haciendo un gentil análisis numismático, lo comparo con un peso de mi infancia, una moneda con el perfil de José María Morelos y Pavón. Me parecía una monedota. Actualmente es apreciada por coleccionistas, una en particular acuñada en 1983, con acabado espejo o proof, elaborada con cuproníquel; se vende en 9,700 pesos (Milenio. 23/2/2021), aunque me he encontrado en Mercado libre una del año de 1980, sin circular, en 520 pesos. Un peso que al mismo tiempo vale muchos pesos.

Por supuesto no hay que olvidar el continuo acicate cambiario con el dólary por ende, a los devaneos económicos que acarrea. En la serie histórica de los regímenes cambiarios del Banco de México, se exhibe un periodo de estabilidad que abarca de 1954 a 1976: 12.50 pesos por dólar, una etapa que no se ha vuelto a ver. De ahí ha ido en una depreciación continua; el máximo histórico fue de 25.71 pesos por dólar en abril del 2020 (El Financiero. 5/4/2020).

Y hacia el nuevo milenio, con el exitoso y expansivo desarrollo económico y comercial de China, el yuan se posiciona imponente frente al dólar y por supuesto, frente a otras divisas. Justoha impactado en todo el mundo el lanzamiento de su ciber yuan (The Wall Street Journal.5/4/2021). Entonces, ¿seguirá el peso con ese matiz relativo ahora frente a la moneda roja?

¡Eytale!

Mi abuelo tenía una curiosa alcancía en forma de caja fuerte. Era metálica, pequeña y con su disco numerado para la combinación. Me parecía muy pesada porque mi abuelo al fallecer la dejó llena de monedas que acumuló por años. Era feriecilla. Después que pude abrirla, alineé ese cúmulo pecuniario. Algunas piezas estaban verdosas, otras tenían raros perfiles, centavos mexicanos y norteamericanos, tostones, pesos, unas eran de cobre… eran apenas unos veinte viejos pesos y cerca de medio dólar. Imaginaba un tesoro adentro. Y lo era.

Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora, escritora y sibarita. iliana.peralta@gmail.com. Esta columna disponible enTwitter @LA_PERALTA en Telegram como #ViernesDeTandaliolay en Facebook como Tandariola

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