/ lunes 3 de mayo de 2021

Magistrados

Los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con la lamentable excepción de su presidente, dieron una muestra a la República de imparcialidad, profesionalismo y dignidad.

La más trascendente decisión fue ratificar de manera unánime el criterio del INE para impedir que Morena y sus aliados, mediante argucias, obtengan otra sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados.

Ya en otro espacio expliqué cómo lo hicieron. Valga sólo recordar que Morena y sus satélites obtuvieron 43% de los votos en la Cámara, pero tienen el 61% de las curules. Por eso pueden reformar por sí mismos la Constitución.

El abuso es de esta magnitud: en menos de dos años y medio, esa mayoría artificial la ha reformado en 73 ocasiones.

Lo han hecho violando el mandato de los ciudadanos: porque al recurrir a la tranza para tener una mayoría que no obtuvieron en las urnas, violan el sentido del voto. Exceden su mandato y peor: han sido tan abyectos, que han obedecido mansamente la orden que recibieron: ni una coma han cambiado a los proyectos.

El INE impidió que esto se repita: la Constitución establece que ningún partido podrá tener una sobrerrepresentación superior al 8%. El país sería otro si eso se hubiera cumplido.

Por eso, esa decisión -y no la cancelación de las candidaturas de Salgado Macedonio y de Morón- amenazaba la viabilidad del desmantelamiento institucional del país.

Pese a las abiertas presiones del poder, a los intentos desmesurados de su presidente José Luis Vargas por tentarles a cambiar su voto, los magistrados optaron por honrar su juramento y hacer cumplir la Constitución.

Esa, y no otra, es la labor de un juez.

Y me refiero no solo a ceñirse a la legalidad, a la imparcialidad, y al espíritu de la ley.

Me refiero a algo quizá más alto: a la determinación de defender su independencia. Al pundonor de soportar las presiones. A la valentía de ejercer con honor su cargo.

La democracia sólo puede funcionar con división de poderes. Por jueces independientes y dignos se controla al poder, se corrige el abuso, se castiga. Los ciudadanos somos genuinamente iguales solo ante el poder de un tribunal, cuando posee altura y credibilidad.

La mejor muestra de que es posible impedir el regreso del país de un solo hombre la han dado los jueces, magistrados y consejeros electorales. Los medios de comunicación. Las organizaciones que han enfrentado la demolición de la democracia y la sujeción de la libertad.

Ahí están ellos.

Faltamos nosotros.

Nos vemos el 6 de junio.

@fvazquezrig

Los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con la lamentable excepción de su presidente, dieron una muestra a la República de imparcialidad, profesionalismo y dignidad.

La más trascendente decisión fue ratificar de manera unánime el criterio del INE para impedir que Morena y sus aliados, mediante argucias, obtengan otra sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados.

Ya en otro espacio expliqué cómo lo hicieron. Valga sólo recordar que Morena y sus satélites obtuvieron 43% de los votos en la Cámara, pero tienen el 61% de las curules. Por eso pueden reformar por sí mismos la Constitución.

El abuso es de esta magnitud: en menos de dos años y medio, esa mayoría artificial la ha reformado en 73 ocasiones.

Lo han hecho violando el mandato de los ciudadanos: porque al recurrir a la tranza para tener una mayoría que no obtuvieron en las urnas, violan el sentido del voto. Exceden su mandato y peor: han sido tan abyectos, que han obedecido mansamente la orden que recibieron: ni una coma han cambiado a los proyectos.

El INE impidió que esto se repita: la Constitución establece que ningún partido podrá tener una sobrerrepresentación superior al 8%. El país sería otro si eso se hubiera cumplido.

Por eso, esa decisión -y no la cancelación de las candidaturas de Salgado Macedonio y de Morón- amenazaba la viabilidad del desmantelamiento institucional del país.

Pese a las abiertas presiones del poder, a los intentos desmesurados de su presidente José Luis Vargas por tentarles a cambiar su voto, los magistrados optaron por honrar su juramento y hacer cumplir la Constitución.

Esa, y no otra, es la labor de un juez.

Y me refiero no solo a ceñirse a la legalidad, a la imparcialidad, y al espíritu de la ley.

Me refiero a algo quizá más alto: a la determinación de defender su independencia. Al pundonor de soportar las presiones. A la valentía de ejercer con honor su cargo.

La democracia sólo puede funcionar con división de poderes. Por jueces independientes y dignos se controla al poder, se corrige el abuso, se castiga. Los ciudadanos somos genuinamente iguales solo ante el poder de un tribunal, cuando posee altura y credibilidad.

La mejor muestra de que es posible impedir el regreso del país de un solo hombre la han dado los jueces, magistrados y consejeros electorales. Los medios de comunicación. Las organizaciones que han enfrentado la demolición de la democracia y la sujeción de la libertad.

Ahí están ellos.

Faltamos nosotros.

Nos vemos el 6 de junio.

@fvazquezrig

ÚLTIMASCOLUMNAS
martes 09 de abril de 2024

Faltas tú

Fernando Vázquez Rigada

lunes 18 de diciembre de 2023

La vida

Fernando Vázquez Rigada

lunes 11 de diciembre de 2023

Solos

Fernando Vázquez Rigada

martes 05 de diciembre de 2023

Sorprendidos

Fernando Vázquez Rigada

lunes 27 de noviembre de 2023

Terremoto silencioso

Terremoto silencioso

Fernando Vázquez Rigada

Cargar Más