/ jueves 29 de octubre de 2020

Luctuosas 249

Tandariola

Hay un día al año que la música y el trajín de las visitas, animan los espacios más fúnebres de cualquier metrópoli, ciudad, pueblo o ranchería de esta tierra mexicana colmada de tradiciones. Se le resta un día a la quietud del ambiente y la soledad de las lápidas. Se le quita el polvo a las letras de nombres y fechas. Invade el ambiente ese olor dulce conocido: sahumerio hecho de flores, humo de velas, rezos y recuerdos. 2 de noviembre. No serás este año una fiesta de panteón.

México concibe a la muerte de forma festiva, retadora. Los altares para honrar a quienes han fallecido y otras costumbres ancestrales en torno al paso a otro mundo, han llegado hasta nuestra era con elementos imperturbables,que sumados a la carga religiosa,han labrado suhuella en generaciones, entornos sociales y el calendario.

Y pienso ahora en los repositorios de los restos de quienes no tienen dolientes, sitios físicos que albergan cuerpos que nadie reclama, carne y huesosde mujeres y hombres sin nombre ni apellido, desprovistos de identidad. Son las fosas comunes, 249 en todo el país (INEGI. Recopilación de información de los panteones públicos en las zonas metropolitanas del país 2019),

Depositamos los restos físicos en lugares de tranquilidad. Sabemos el lugar donde se ubica su tumba dentrodel polígono del camposanto. Acarreamos agua para limpiar el sepulcro, acomodamos flores y dedicamos un buen rato del día para estar ahí, recordándoles.A las fosas comunes solo las visitan las personas que buscan respuestas, que buscan sin descanso a sus desaparecidas y desaparecidos, sin confirmar que ahí descansan. O como sucede en la fosa común por el ciclón Lisa en el panteón paceño de Los San Juanes, recibe visitas en la ceremonia solemne en el mes de septiembre.

En el panteón del municipio de Umán, en Yucatán, hay doce fosas comunes, el municipio que tiene la mayor cantidad a nivel nacional. Un dato que no esperé encontrar. El estado de México, por otro lado, es la entidad que más fosas comunes tiene y se encuentran en diferentes cementerios de sus municipios, 59 en total.

Y tanto las desapariciones como los hallazgos de cuerpos en despoblado continúan por autoridades o grupos de buscadoras, se reconfirman las terribles condiciones de violencia e insensibilidad. Así, de enero a junio del 2020 se registraron 50 inversiones en ampliaciones o nuevas fosas comunes en el país.

Y aunque la muerte es un hecho natural y fisiológico, el cuerpo con identidad tiene un traslado hacia algún lugar específico, una tumba, cripta, gaveta familiar, nicho; si no se tiene identidad, va a la fosa común; pero hay otros cuerpos sin identidadque van a la donación. Un total de 969 cadáveres se entregaron en 19 estados del país por las fiscalías estatales a universidades para fines didácticos y de divulgación científica en los últimos veinte años (Pie de página. 1/10/2020). Para estos tampoco hay dolientes.

Este año ya se ha marcado por atípico debido a la enfermedad, el golpe a la economía y la postergación de las tradiciones, como estade noviembre,a la que prosigue la de diciembrecon el día de la Virgen de Guadalupe. No será una fecha tan festiva para las Lupitas en esta ocasión.

En el programa Sacro y Profano de Canal 11(28/10/2020) se abordó este quebranto actual, que ven en las aglomeraciones un foco de propagación. Esta es una disyuntiva entre la tradición popular/religiosacon las costumbres y su manifestación, y el deber ser constreñido por los ordenamientos de las autoridades de salud por la contingencia. El Halloween también es muy popular y se hanprohibido las fiestas y la recolección de dulces en los domicilios. Se tornarán estas tradiciones hacia lo digital y en la intimidad del hogar.

¡Eytale!

Las mujeres preparaban con anticipación los atavíos de vibrantes colores para llevar a las tumbas del linaje el Día de Muertos. En un armazón de alambre, revestido de listones sobrios, unían flores y hojas de tela para alegrar la sepultura. El mero día se les colocaba en las cruces y duraban ahí hasta que el sol quemaba sus tintas. En esa tierra sedienta y pedregosa, de subidas y bajadas, los dos panteones de mi pueblo, Santa Rosalía, recibían a la gente. Siempre ha sido un día de viento y remolinos de polvo.

Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora y sibarita. iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA La Tandariola también se escucha. Disponible en podcast en Ivoox.

Tandariola

Hay un día al año que la música y el trajín de las visitas, animan los espacios más fúnebres de cualquier metrópoli, ciudad, pueblo o ranchería de esta tierra mexicana colmada de tradiciones. Se le resta un día a la quietud del ambiente y la soledad de las lápidas. Se le quita el polvo a las letras de nombres y fechas. Invade el ambiente ese olor dulce conocido: sahumerio hecho de flores, humo de velas, rezos y recuerdos. 2 de noviembre. No serás este año una fiesta de panteón.

México concibe a la muerte de forma festiva, retadora. Los altares para honrar a quienes han fallecido y otras costumbres ancestrales en torno al paso a otro mundo, han llegado hasta nuestra era con elementos imperturbables,que sumados a la carga religiosa,han labrado suhuella en generaciones, entornos sociales y el calendario.

Y pienso ahora en los repositorios de los restos de quienes no tienen dolientes, sitios físicos que albergan cuerpos que nadie reclama, carne y huesosde mujeres y hombres sin nombre ni apellido, desprovistos de identidad. Son las fosas comunes, 249 en todo el país (INEGI. Recopilación de información de los panteones públicos en las zonas metropolitanas del país 2019),

Depositamos los restos físicos en lugares de tranquilidad. Sabemos el lugar donde se ubica su tumba dentrodel polígono del camposanto. Acarreamos agua para limpiar el sepulcro, acomodamos flores y dedicamos un buen rato del día para estar ahí, recordándoles.A las fosas comunes solo las visitan las personas que buscan respuestas, que buscan sin descanso a sus desaparecidas y desaparecidos, sin confirmar que ahí descansan. O como sucede en la fosa común por el ciclón Lisa en el panteón paceño de Los San Juanes, recibe visitas en la ceremonia solemne en el mes de septiembre.

En el panteón del municipio de Umán, en Yucatán, hay doce fosas comunes, el municipio que tiene la mayor cantidad a nivel nacional. Un dato que no esperé encontrar. El estado de México, por otro lado, es la entidad que más fosas comunes tiene y se encuentran en diferentes cementerios de sus municipios, 59 en total.

Y tanto las desapariciones como los hallazgos de cuerpos en despoblado continúan por autoridades o grupos de buscadoras, se reconfirman las terribles condiciones de violencia e insensibilidad. Así, de enero a junio del 2020 se registraron 50 inversiones en ampliaciones o nuevas fosas comunes en el país.

Y aunque la muerte es un hecho natural y fisiológico, el cuerpo con identidad tiene un traslado hacia algún lugar específico, una tumba, cripta, gaveta familiar, nicho; si no se tiene identidad, va a la fosa común; pero hay otros cuerpos sin identidadque van a la donación. Un total de 969 cadáveres se entregaron en 19 estados del país por las fiscalías estatales a universidades para fines didácticos y de divulgación científica en los últimos veinte años (Pie de página. 1/10/2020). Para estos tampoco hay dolientes.

Este año ya se ha marcado por atípico debido a la enfermedad, el golpe a la economía y la postergación de las tradiciones, como estade noviembre,a la que prosigue la de diciembrecon el día de la Virgen de Guadalupe. No será una fecha tan festiva para las Lupitas en esta ocasión.

En el programa Sacro y Profano de Canal 11(28/10/2020) se abordó este quebranto actual, que ven en las aglomeraciones un foco de propagación. Esta es una disyuntiva entre la tradición popular/religiosacon las costumbres y su manifestación, y el deber ser constreñido por los ordenamientos de las autoridades de salud por la contingencia. El Halloween también es muy popular y se hanprohibido las fiestas y la recolección de dulces en los domicilios. Se tornarán estas tradiciones hacia lo digital y en la intimidad del hogar.

¡Eytale!

Las mujeres preparaban con anticipación los atavíos de vibrantes colores para llevar a las tumbas del linaje el Día de Muertos. En un armazón de alambre, revestido de listones sobrios, unían flores y hojas de tela para alegrar la sepultura. El mero día se les colocaba en las cruces y duraban ahí hasta que el sol quemaba sus tintas. En esa tierra sedienta y pedregosa, de subidas y bajadas, los dos panteones de mi pueblo, Santa Rosalía, recibían a la gente. Siempre ha sido un día de viento y remolinos de polvo.

Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora y sibarita. iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA La Tandariola también se escucha. Disponible en podcast en Ivoox.

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