/ domingo 29 de octubre de 2023

Las declaraciones en Palenque

En palabras de Arturo Sarukhán, ex embajador de México, la de Palenque, Chiapas, más bien se trató de una “encerrona”, “ópera bufa” y “simulación bananera” que ignoró los acuerdos de la Cumbre de las Américas que se efectuó en 2022 en Los Ángeles, (Alta) California, con la asistencia de veintiún ejecutivos y representantes, entre ellos el régimen mexicano.

Al término de la reunión sobre el mismo tema en la hacienda chiapaneca, donde se hizo un refrito de los planteamientos expresados en la reunión altacaliforniana, la siguiente fue la declaración de los que tienen el poder en diez países de América del Sur y el Caribe, de trece puntos de acuerdo y el compromiso del gobierno de México de compartir estrategias sobre programas sociales para atender las causas de la migración (léase “Sembrando vida” y “Jóvenes construyendo el futuro”, de tan cuestionables resultados en este quinquenio).

1) Elaborar un plan de acción para el desarrollo, basado en los objetivos prioritarios y entendiendo las realidades de cada país, para atender las causas estructurales de la migración irregular en la región. En ese sentido, se acordaron las siguientes áreas prioritarias:

Autosuficiencia y soberanía alimentaria con la recuperación del sector agrícola. Protección, conservación y restauración del medio ambiente. Empleo digno, educación y desarrollo de capacidades técnicas y tecnológicas. Seguridad energética, incluyendo energías renovables y avance hacia la descarbonización. Autosuficiencia sanitaria. Comercio e inversión intrarregional para el desarrollo socioeconómico. Combate al crimen organizado transnacional, al tráfico de personas, la corrupción, y fomentando la cooperación en seguridad.

2) Fomentar el comercio intrarregional de bienes y servicios de subsistencia básica, promoviendo preferencias arancelarias, establecimiento de cuotas y eliminación de barreras no arancelarias.

3) Instar a que se levanten las medidas coercitivas unilaterales impuestas a países de la región.

4) Exhortar a que los países de origen [expulsores de emigrantes], tránsito [México] y destino [EUA] implementen políticas migratorias integrales que respeten el derecho humano a migrar, resguardando la vida y dignidad de las personas migrantes y sus familiares.

5) Hacer un llamado a que los países de destino [EUA] adopten políticas y prácticas migratorias acordes con la realidad actual de nuestra región.

6) Apoyar a la República de Haití en sus esfuerzos a fin de restablecer un entorno de seguridad humana para la normalización de la situación política, económica y social.

7) Promover esfuerzos coordinados para replantear la arquitectura financiera internacional de la deuda soberana, para ayudar a los países, particularmente los de ingreso medio, alcanzar mayores niveles de desarrollo.

8) Solicitar a los países de destino [EUA] la ampliación de las vías regulares, ordenadas y seguras de migración.

9) Instar a un diálogo integral sobre las relaciones bilaterales entre los países de origen [dictatoriales], tránsito [México], destino [EUA] y retorno.

10) Fortalecer el trabajo coordinado con organismos internacionales para atender a las personas que se encuentren en necesidades especiales de protección.

11) Profundizar las relaciones de Cooperación Sur-Sur.

12) Continuar el diálogo al más alto nivel sobre estos asuntos y acuerdos a través de un grupo de trabajo a cargo de las cancillerías.

13) Vincular estos acuerdos con el Encuentro de Alto Nivel sobre Migración y Desarrollo en América Latina y el Caribe, propuesto por [los gobiernos de] Colombia y México, a realizarse el primer trimestre de 2024.

14) Proponer a los gobiernos de Cuba y Estados Unidos a sostener en el menor tiempo posible un diálogo integral sobre sus relaciones bilaterales.

Quienes conocen las posiciones de algunos de los presidentes que asistieron a la peña (mediante invitación selectiva), pueden pronosticar que los resultados de estas aparentes buenas intenciones continuarán siendo los mismos, porque ninguno está dispuesto a ceder ni un palmo en materia de estatización, apertura democrática, respeto a los derechos humanos y libertades básicas.

La pregunta es por qué la dictadura cubana habría de cambiar después de 64 años, y el totalitarismo venezolano luego de mantener mano férrea y represión feroz sobre su pueblo en lo que va del siglo.

Imposible pensar que tales pésimas “administraciones” sudamericanas y caribeñas pudiesen admitir que son esencialmente “las causas estructurales de la migración” hacia el país más desarrollado del continente, al que cargan todas sus propias culpas.

Dejemos, pues, de soñar y creer que con tertulias como la que terminó el domingo pasado en el rancho de nombre irrepetible (mientras migrantes, en el propio Chiapas, quemaban monigotes con las figuras de algunos camaradas asistentes al tinglado), las cosas podrían comenzar a tener remedio.

En palabras de Arturo Sarukhán, ex embajador de México, la de Palenque, Chiapas, más bien se trató de una “encerrona”, “ópera bufa” y “simulación bananera” que ignoró los acuerdos de la Cumbre de las Américas que se efectuó en 2022 en Los Ángeles, (Alta) California, con la asistencia de veintiún ejecutivos y representantes, entre ellos el régimen mexicano.

Al término de la reunión sobre el mismo tema en la hacienda chiapaneca, donde se hizo un refrito de los planteamientos expresados en la reunión altacaliforniana, la siguiente fue la declaración de los que tienen el poder en diez países de América del Sur y el Caribe, de trece puntos de acuerdo y el compromiso del gobierno de México de compartir estrategias sobre programas sociales para atender las causas de la migración (léase “Sembrando vida” y “Jóvenes construyendo el futuro”, de tan cuestionables resultados en este quinquenio).

1) Elaborar un plan de acción para el desarrollo, basado en los objetivos prioritarios y entendiendo las realidades de cada país, para atender las causas estructurales de la migración irregular en la región. En ese sentido, se acordaron las siguientes áreas prioritarias:

Autosuficiencia y soberanía alimentaria con la recuperación del sector agrícola. Protección, conservación y restauración del medio ambiente. Empleo digno, educación y desarrollo de capacidades técnicas y tecnológicas. Seguridad energética, incluyendo energías renovables y avance hacia la descarbonización. Autosuficiencia sanitaria. Comercio e inversión intrarregional para el desarrollo socioeconómico. Combate al crimen organizado transnacional, al tráfico de personas, la corrupción, y fomentando la cooperación en seguridad.

2) Fomentar el comercio intrarregional de bienes y servicios de subsistencia básica, promoviendo preferencias arancelarias, establecimiento de cuotas y eliminación de barreras no arancelarias.

3) Instar a que se levanten las medidas coercitivas unilaterales impuestas a países de la región.

4) Exhortar a que los países de origen [expulsores de emigrantes], tránsito [México] y destino [EUA] implementen políticas migratorias integrales que respeten el derecho humano a migrar, resguardando la vida y dignidad de las personas migrantes y sus familiares.

5) Hacer un llamado a que los países de destino [EUA] adopten políticas y prácticas migratorias acordes con la realidad actual de nuestra región.

6) Apoyar a la República de Haití en sus esfuerzos a fin de restablecer un entorno de seguridad humana para la normalización de la situación política, económica y social.

7) Promover esfuerzos coordinados para replantear la arquitectura financiera internacional de la deuda soberana, para ayudar a los países, particularmente los de ingreso medio, alcanzar mayores niveles de desarrollo.

8) Solicitar a los países de destino [EUA] la ampliación de las vías regulares, ordenadas y seguras de migración.

9) Instar a un diálogo integral sobre las relaciones bilaterales entre los países de origen [dictatoriales], tránsito [México], destino [EUA] y retorno.

10) Fortalecer el trabajo coordinado con organismos internacionales para atender a las personas que se encuentren en necesidades especiales de protección.

11) Profundizar las relaciones de Cooperación Sur-Sur.

12) Continuar el diálogo al más alto nivel sobre estos asuntos y acuerdos a través de un grupo de trabajo a cargo de las cancillerías.

13) Vincular estos acuerdos con el Encuentro de Alto Nivel sobre Migración y Desarrollo en América Latina y el Caribe, propuesto por [los gobiernos de] Colombia y México, a realizarse el primer trimestre de 2024.

14) Proponer a los gobiernos de Cuba y Estados Unidos a sostener en el menor tiempo posible un diálogo integral sobre sus relaciones bilaterales.

Quienes conocen las posiciones de algunos de los presidentes que asistieron a la peña (mediante invitación selectiva), pueden pronosticar que los resultados de estas aparentes buenas intenciones continuarán siendo los mismos, porque ninguno está dispuesto a ceder ni un palmo en materia de estatización, apertura democrática, respeto a los derechos humanos y libertades básicas.

La pregunta es por qué la dictadura cubana habría de cambiar después de 64 años, y el totalitarismo venezolano luego de mantener mano férrea y represión feroz sobre su pueblo en lo que va del siglo.

Imposible pensar que tales pésimas “administraciones” sudamericanas y caribeñas pudiesen admitir que son esencialmente “las causas estructurales de la migración” hacia el país más desarrollado del continente, al que cargan todas sus propias culpas.

Dejemos, pues, de soñar y creer que con tertulias como la que terminó el domingo pasado en el rancho de nombre irrepetible (mientras migrantes, en el propio Chiapas, quemaban monigotes con las figuras de algunos camaradas asistentes al tinglado), las cosas podrían comenzar a tener remedio.