/ viernes 19 de julio de 2019

Hogar

Tandariola

Remitirnos a un entorno conocido, cálido, en el que se albergan y conviven los seres queridos, es el término con el que definimos de manera racional y hasta con carga sentimental, al hogar. Sí, ese que nos acoge y en donde nos sentimos protegidos y en confianza plena y a su vez, retribuimos a nuestra estirpe u otros, protección y aprecio.

De aquello que la antropología documenta sobre la convivencia de seres humanos agrupados que compartían vicisitudes por la supervivencia, hasta este momento histórico de la humanidad, el hogar está en continua transformación y que a la postre, denota la manera en que las sociedades contemporáneas viven sus nuevas realidades.

Tomando en cuenta la residencia en la misma vivienda y que los integrantes se sostengan de un gasto común, se definen al menos cuatro tipos de hogares: el nuclear, conformado por un jefe (a), con o sin cónyuge, y con o sin hijos; el ampliado, nuclear+un pariente; el compuesto, nuclear+un integrante sin parentesco; y el no familiar, que es aquel en que ninguno de los integrantes tiene parentesco con el jefe(a) o bien, el hogar unipersonal (www.inegi.org.mx). Cada una de estas formas de interacción de los individuos exponen cambios que se permean en la estructura interna que también ha ido cambiando. Y claro está, el grueso de la población se encuentra inmerso en alguno de estos cuatro tipos.

Como acotación, por antonomasia en las viviendas mexicanas pueden convivir dos o más hogares. Esto ejemplifica la presencia de descendientes que viven en el mismo lugar pero con sustento económico independiente. Es bien sabido de casos en el que en un lote o propiedad hay varias casas con hogares diferentes, que además mantienen parentesco.

El hogar nuclear es el que más personas integra en nuestro país. Se sabe por la Encuesta Nacional de los Hogares 2017 del INEGI que en México hay más de 34 millones de hogares, dos millones más que los encontrados en el 2015 con la Encuesta Intercensal. El dato más reciente indica que los nucleares abarcaban el 63.6% del total nacional. En perspectiva también se observa que va en descenso la cantidad de hogares nucleares y con ello, aumentan los porcentajes de los otros tres tipos. Así, al 2017, el 22.8% del total nacional eran hogares ampliados, 11.4% no familiares y 2.2% los compuestos.

Se estima que en Baja California Sur había en el año 2017 un total de 242,023 hogares, de éstos, el 60.31% eran nucleares, 20.07% ampliados, 14.51% no familiares y un 5.09% compuestos. Como se ve, la distribución de los hogares sudcalifornianos difiere con los datos nacionales, pero observando otras entidades, es evidente que guardan situaciones particulares que las diferencian. Cito a la CDMX cuyos hogares nucleares son menos que los sudcalifornianos: 56.6%; pero en el Estado de México es lo contrario, 65.76%; o Oaxaca con 64.08%, ambos por encima del dato nacional.

Por supuesto que la cifra que me parece muy reveladora es el crecimiento de los hogares unipersonales; al 2014, quienes gustan vivir en solitario a nivel nacional componían el 9.04% del total; al 2017 subió al 11.3%. Por el contrario, en la media península al parecer va en descenso, del 13.9% en el 2014, a 13% en el 2017. Y tanto a nivel nacional como estatal, hay más solitarios que solitarias.

Además las estructuras de los hogares se acoplan a las situaciones sociales, como lo son las jefaturas. Del año 2000 al 2017 las estimaciones exponen el incremento de los hogares con jefatura femenina, y por ende, el descenso de las masculinas. Otro aspecto es la presencia parental, mostrándose también una disminución de la cantidad de hogares biparentales (con ambos progenitores), y el aumento de los monoparentales. El dato al 2017 revela que del total nacional, el 53.84% eran biparentales con mayoría de jefaturas masculinas; y 18.02% monoparentales con mayoría de jefaturas femeninas. Para Baja California Sur los porcentajes delos biparentales eran el 49.17% y los monoparentales 17.26%. En ambos casos, el resto de los porcentajes lo conforman los hogares no familiares.

Nótese que no he tocado los sensibles aspectos civiles, religiosos o familiares, ni lo he sesgado hacia una moralización. Me he enfocado en cifras que revelan las estructuras de la sociedad desde el aspecto de la manutención, visibilizándolas desde una perspectiva estadística. Las variantes de los hogares no son nuevas, recordemos a los entenados, las visitas que ya no se fueron, los tíos solteros, los agregados culturales, los hijos naturales ingresados al hogar nuclear, los abuelos postizos, las y los viudos pensionados…

Eytale!

Decidí un día retomar la práctica de ahondar en las raíces etimológicas de palabras del léxico cotidiano, entre estas, familia. En esa breve investigación en lo digital e impreso hay coincidencia en la raíz latina y la palabra famulus, que significa sirviente o criado.La Real Academia Española menciona en una de sus acepciones de poco uso que refiere al “conjunto de criados de alguien, aunque no vivan dentro de su casa” (www.rae.es).Sí, el castellano es tan variado como insospechado en su significado.

Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora y sibarita.

@LA_PERALTA. https://ilianaperalta.wixsitecom/tandariola

La Tandariola también se escucha. Martes 18:30 hrs. en La Radio de Sudcalifornia.

Tandariola

Remitirnos a un entorno conocido, cálido, en el que se albergan y conviven los seres queridos, es el término con el que definimos de manera racional y hasta con carga sentimental, al hogar. Sí, ese que nos acoge y en donde nos sentimos protegidos y en confianza plena y a su vez, retribuimos a nuestra estirpe u otros, protección y aprecio.

De aquello que la antropología documenta sobre la convivencia de seres humanos agrupados que compartían vicisitudes por la supervivencia, hasta este momento histórico de la humanidad, el hogar está en continua transformación y que a la postre, denota la manera en que las sociedades contemporáneas viven sus nuevas realidades.

Tomando en cuenta la residencia en la misma vivienda y que los integrantes se sostengan de un gasto común, se definen al menos cuatro tipos de hogares: el nuclear, conformado por un jefe (a), con o sin cónyuge, y con o sin hijos; el ampliado, nuclear+un pariente; el compuesto, nuclear+un integrante sin parentesco; y el no familiar, que es aquel en que ninguno de los integrantes tiene parentesco con el jefe(a) o bien, el hogar unipersonal (www.inegi.org.mx). Cada una de estas formas de interacción de los individuos exponen cambios que se permean en la estructura interna que también ha ido cambiando. Y claro está, el grueso de la población se encuentra inmerso en alguno de estos cuatro tipos.

Como acotación, por antonomasia en las viviendas mexicanas pueden convivir dos o más hogares. Esto ejemplifica la presencia de descendientes que viven en el mismo lugar pero con sustento económico independiente. Es bien sabido de casos en el que en un lote o propiedad hay varias casas con hogares diferentes, que además mantienen parentesco.

El hogar nuclear es el que más personas integra en nuestro país. Se sabe por la Encuesta Nacional de los Hogares 2017 del INEGI que en México hay más de 34 millones de hogares, dos millones más que los encontrados en el 2015 con la Encuesta Intercensal. El dato más reciente indica que los nucleares abarcaban el 63.6% del total nacional. En perspectiva también se observa que va en descenso la cantidad de hogares nucleares y con ello, aumentan los porcentajes de los otros tres tipos. Así, al 2017, el 22.8% del total nacional eran hogares ampliados, 11.4% no familiares y 2.2% los compuestos.

Se estima que en Baja California Sur había en el año 2017 un total de 242,023 hogares, de éstos, el 60.31% eran nucleares, 20.07% ampliados, 14.51% no familiares y un 5.09% compuestos. Como se ve, la distribución de los hogares sudcalifornianos difiere con los datos nacionales, pero observando otras entidades, es evidente que guardan situaciones particulares que las diferencian. Cito a la CDMX cuyos hogares nucleares son menos que los sudcalifornianos: 56.6%; pero en el Estado de México es lo contrario, 65.76%; o Oaxaca con 64.08%, ambos por encima del dato nacional.

Por supuesto que la cifra que me parece muy reveladora es el crecimiento de los hogares unipersonales; al 2014, quienes gustan vivir en solitario a nivel nacional componían el 9.04% del total; al 2017 subió al 11.3%. Por el contrario, en la media península al parecer va en descenso, del 13.9% en el 2014, a 13% en el 2017. Y tanto a nivel nacional como estatal, hay más solitarios que solitarias.

Además las estructuras de los hogares se acoplan a las situaciones sociales, como lo son las jefaturas. Del año 2000 al 2017 las estimaciones exponen el incremento de los hogares con jefatura femenina, y por ende, el descenso de las masculinas. Otro aspecto es la presencia parental, mostrándose también una disminución de la cantidad de hogares biparentales (con ambos progenitores), y el aumento de los monoparentales. El dato al 2017 revela que del total nacional, el 53.84% eran biparentales con mayoría de jefaturas masculinas; y 18.02% monoparentales con mayoría de jefaturas femeninas. Para Baja California Sur los porcentajes delos biparentales eran el 49.17% y los monoparentales 17.26%. En ambos casos, el resto de los porcentajes lo conforman los hogares no familiares.

Nótese que no he tocado los sensibles aspectos civiles, religiosos o familiares, ni lo he sesgado hacia una moralización. Me he enfocado en cifras que revelan las estructuras de la sociedad desde el aspecto de la manutención, visibilizándolas desde una perspectiva estadística. Las variantes de los hogares no son nuevas, recordemos a los entenados, las visitas que ya no se fueron, los tíos solteros, los agregados culturales, los hijos naturales ingresados al hogar nuclear, los abuelos postizos, las y los viudos pensionados…

Eytale!

Decidí un día retomar la práctica de ahondar en las raíces etimológicas de palabras del léxico cotidiano, entre estas, familia. En esa breve investigación en lo digital e impreso hay coincidencia en la raíz latina y la palabra famulus, que significa sirviente o criado.La Real Academia Española menciona en una de sus acepciones de poco uso que refiere al “conjunto de criados de alguien, aunque no vivan dentro de su casa” (www.rae.es).Sí, el castellano es tan variado como insospechado en su significado.

Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora y sibarita.

@LA_PERALTA. https://ilianaperalta.wixsitecom/tandariola

La Tandariola también se escucha. Martes 18:30 hrs. en La Radio de Sudcalifornia.

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