/ jueves 10 de septiembre de 2020

Historia ¿nuestra?

Tandariola

Cuarto grado, examen de Ciencias Sociales, finales de la década de los ochentas. Pregunta sencilla pero intimidante para una niña: ¿Cuándo fue presidente de México Benito Juárez? Su respuesta fue: Si. Obvio, la maestra colocó una rabiosa cruz con tinta roja, igual que a otras respuestas parecidas a estas. Esto puede resultarnos gracioso, aunque muchas personas hemos experimentado esta insolvencia de información en nuestra formación básica, lo cual suscribe una realidad aplastante.

No sé si usted que en estos momentos me lee sabe la respuesta. Yo sí porque justo la he googleado, de 1858 a 1872 (inehrm.gob.mx). Intríngulis, mi memoria -que no es de elefante- no me alcanza para poder emitir una contestación certera. La historia la hemos entendido como fechas, nombres y eventos que solo “de machete”, es decir, aprendidas por repetición (como mantras en Puya) se ingresan a la memoria, aunque esto no es un factor definitivo para que el dato siga disponible en nuestra cabeza cuando se requiera.

Desde que se cursa el preescolar, los elementos mexicanos se exponen a las y los infantes acompañándoloscon los colores de nuestra bandera tricolor. La identificación simbólica prosigue año con año, pero el abordaje se hace más amplio y a la vez, más profundo al cursar los grados subsiguientes. Literal, conozco personas adultas y jóvenes que aborrecieron las materias que incluían temas históricos por inútiles y enfadosas.

Suena como un ideal y en cierta medida,poético, el “apropiarse” de la historia de México porque por décadas los hechos que la han delimitado en nuestra mente han servido para aprobar las materias escolares. Estoy totalmente de acuerdo que el abordaje no ha sido el idóneo, pero han modelado en nuestra mente lo que llamamos patria. ¿Acaso gritamos vivas con emoción el 15 de septiembre por nombres de personajes desconocidos?

En esta tesitura, nuestro propio estado proviene de eventos que dieron forma a nuestro devenir; trascendemos más allá de un territorio físico, lejano del macizo continental, rubros que matizan nuestra sudcaliforneidad, aunque no sepamos a ciencia cierta a qué se refiereésta y qué elementos la definen.

La ubicación geográfica de nuestro terruño no cambiará, ni mucho menos sus características y circunstancias climáticas, por tanto, este aspecto seguirádándonosla connotación choyera pertinaz que los nativos e inmigrantes hemos adoptado yque definitivamente aporta algunos elementos identitarios. Pizcar pitayas, hacer mangate, comer burritos de machaca, un chiste de Los Huizapoles, ir a la playa, el off road…¿qué más, eso es la sudcaliforneidad?

Luis Domínguez Bareño, director del Archivo Histórico “Pablo L. Martínez”, indicaba en entrevista para el programa de radio Radiálogos aspectos que me parecen contundentes y no eran en torno a fechas, actos o nombres, sino precisamente a esa visión de la población sudpeninsular hacia los temas históricos, una narrativa que ha expuesto la percepción de la periferia hacia el centro, que lejos de ser una lucha física o armada, da continuidad temporal de la influencia de nuestro ambiente hostil, porque si algo nos define, es la permanente dificultad para vivir, aspecto ineludible que se ha interiorizado,haciéndose evidente en la reticencia al extranjero o al que viene de otros lugares y que desde el virreinato hasta nuestros días, prosigue (Radiálogos 73. 8/9/2020).

Y si septiembre es el mes patrio, octubre es el mes más sudcaliforniano porque se proclama a Baja California Sur como entidad federativa, pero también se conmemora el movimiento Loreto 70, último tramo de la lucha para tener un gobernador nativo y con arraigo, que desde 1945 era consigna de la población del Territorio Sur en el Frente de Unificación Sudcaliforniano, el FUS, (culcobcs.com), movimiento fundamental para nuestra media península y que a la postre, se conmemoran sus 50 años. Si para otras entidades su identidad y orgullo se basa en batallas o por ser la cuna de héroes y heroínas, la nuestra, la de un estado joven, es materia pendiente de apropiación, bueno, así me lo parece.

Eytale!

Descendimos del barco dela desaparecida empresa SEMATUR, creo que era el Coromuel, una luminosa mañana de verano provenientes de Mazatlán. Nos recibió el ambiente cálido y de alta humedad de nuestra tierra. En la rampa de desembarco estaban apostados oficiales de la policía federal. Al azar paraban a alguna persona y les hacían preguntas sencillas que solo las y los mexicanos podríamos responder: la capital de algún estado, una estrofa del himno nacional, año de la independencia y otras. Así descubrían gente indocumentada que llegaban a Sudcalifornia.

Luis Domínguez Bareño, director del Archivo Histórico “Pablo L. Martínez”, indicaba en entrevista para el programa de radio Radiálogos aspectos que me parecen contundentes y no eran en torno a fechas, actos o nombres, sino precisamente a esa visión de la población sudpeninsular hacia los temas históricos, una narrativa que ha expuesto la percepción de la periferia hacia el centro, que lejos de ser una lucha física o armada, da continuidad temporal de la influencia de nuestro ambiente hostil, porque si algo nos define, es la permanente dificultad para vivir, aspecto ineludible que se ha interiorizado, haciéndose evidente en la reticencia al extranjero o al que viene de otros lugares y que desde el virreinato hasta nuestros días, prosigue (Radiálogos 73. 8/9/2020).

Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora y sibarita. iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA La Tandariola también se escucha. Disponible en podcast en Ivoox.

Tandariola

Cuarto grado, examen de Ciencias Sociales, finales de la década de los ochentas. Pregunta sencilla pero intimidante para una niña: ¿Cuándo fue presidente de México Benito Juárez? Su respuesta fue: Si. Obvio, la maestra colocó una rabiosa cruz con tinta roja, igual que a otras respuestas parecidas a estas. Esto puede resultarnos gracioso, aunque muchas personas hemos experimentado esta insolvencia de información en nuestra formación básica, lo cual suscribe una realidad aplastante.

No sé si usted que en estos momentos me lee sabe la respuesta. Yo sí porque justo la he googleado, de 1858 a 1872 (inehrm.gob.mx). Intríngulis, mi memoria -que no es de elefante- no me alcanza para poder emitir una contestación certera. La historia la hemos entendido como fechas, nombres y eventos que solo “de machete”, es decir, aprendidas por repetición (como mantras en Puya) se ingresan a la memoria, aunque esto no es un factor definitivo para que el dato siga disponible en nuestra cabeza cuando se requiera.

Desde que se cursa el preescolar, los elementos mexicanos se exponen a las y los infantes acompañándoloscon los colores de nuestra bandera tricolor. La identificación simbólica prosigue año con año, pero el abordaje se hace más amplio y a la vez, más profundo al cursar los grados subsiguientes. Literal, conozco personas adultas y jóvenes que aborrecieron las materias que incluían temas históricos por inútiles y enfadosas.

Suena como un ideal y en cierta medida,poético, el “apropiarse” de la historia de México porque por décadas los hechos que la han delimitado en nuestra mente han servido para aprobar las materias escolares. Estoy totalmente de acuerdo que el abordaje no ha sido el idóneo, pero han modelado en nuestra mente lo que llamamos patria. ¿Acaso gritamos vivas con emoción el 15 de septiembre por nombres de personajes desconocidos?

En esta tesitura, nuestro propio estado proviene de eventos que dieron forma a nuestro devenir; trascendemos más allá de un territorio físico, lejano del macizo continental, rubros que matizan nuestra sudcaliforneidad, aunque no sepamos a ciencia cierta a qué se refiereésta y qué elementos la definen.

La ubicación geográfica de nuestro terruño no cambiará, ni mucho menos sus características y circunstancias climáticas, por tanto, este aspecto seguirádándonosla connotación choyera pertinaz que los nativos e inmigrantes hemos adoptado yque definitivamente aporta algunos elementos identitarios. Pizcar pitayas, hacer mangate, comer burritos de machaca, un chiste de Los Huizapoles, ir a la playa, el off road…¿qué más, eso es la sudcaliforneidad?

Luis Domínguez Bareño, director del Archivo Histórico “Pablo L. Martínez”, indicaba en entrevista para el programa de radio Radiálogos aspectos que me parecen contundentes y no eran en torno a fechas, actos o nombres, sino precisamente a esa visión de la población sudpeninsular hacia los temas históricos, una narrativa que ha expuesto la percepción de la periferia hacia el centro, que lejos de ser una lucha física o armada, da continuidad temporal de la influencia de nuestro ambiente hostil, porque si algo nos define, es la permanente dificultad para vivir, aspecto ineludible que se ha interiorizado,haciéndose evidente en la reticencia al extranjero o al que viene de otros lugares y que desde el virreinato hasta nuestros días, prosigue (Radiálogos 73. 8/9/2020).

Y si septiembre es el mes patrio, octubre es el mes más sudcaliforniano porque se proclama a Baja California Sur como entidad federativa, pero también se conmemora el movimiento Loreto 70, último tramo de la lucha para tener un gobernador nativo y con arraigo, que desde 1945 era consigna de la población del Territorio Sur en el Frente de Unificación Sudcaliforniano, el FUS, (culcobcs.com), movimiento fundamental para nuestra media península y que a la postre, se conmemoran sus 50 años. Si para otras entidades su identidad y orgullo se basa en batallas o por ser la cuna de héroes y heroínas, la nuestra, la de un estado joven, es materia pendiente de apropiación, bueno, así me lo parece.

Eytale!

Descendimos del barco dela desaparecida empresa SEMATUR, creo que era el Coromuel, una luminosa mañana de verano provenientes de Mazatlán. Nos recibió el ambiente cálido y de alta humedad de nuestra tierra. En la rampa de desembarco estaban apostados oficiales de la policía federal. Al azar paraban a alguna persona y les hacían preguntas sencillas que solo las y los mexicanos podríamos responder: la capital de algún estado, una estrofa del himno nacional, año de la independencia y otras. Así descubrían gente indocumentada que llegaban a Sudcalifornia.

Luis Domínguez Bareño, director del Archivo Histórico “Pablo L. Martínez”, indicaba en entrevista para el programa de radio Radiálogos aspectos que me parecen contundentes y no eran en torno a fechas, actos o nombres, sino precisamente a esa visión de la población sudpeninsular hacia los temas históricos, una narrativa que ha expuesto la percepción de la periferia hacia el centro, que lejos de ser una lucha física o armada, da continuidad temporal de la influencia de nuestro ambiente hostil, porque si algo nos define, es la permanente dificultad para vivir, aspecto ineludible que se ha interiorizado, haciéndose evidente en la reticencia al extranjero o al que viene de otros lugares y que desde el virreinato hasta nuestros días, prosigue (Radiálogos 73. 8/9/2020).

Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora y sibarita. iliana.peralta@gmail.com. En Twitter @LA_PERALTA La Tandariola también se escucha. Disponible en podcast en Ivoox.

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