/ jueves 31 de mayo de 2018

El tiempo se acaba…

En la conmemoración del Día del Politécnico, el pasado día 21, el presidente Enrique Peña Nieto señaló que es a través de la suma de empeños que México avanza en la ruta del desarrollo.

Informó que la inversión extranjera directa en México ha alcanzado los 182 mil millones de dólares acumulado en esta administración, lo que equivale a 50 por ciento más de lo alcanzado en la administración anterior.

Durante el primer trimestre de 2018, la IED ha rebasado los 9 mil 500 millones de dólares. Esta cifra es la más alta en inversión que nuestro país haya recibido en la historia.

Hizo referencia a los avances que ha alcanzado México en los últimos 5 años y medio, en la ruta de su desarrollo.

Hizo, además, un breve balance de algunos de los resultados del proceso de reformas que se han llevado a cabo en el país como son:

Avance en el número de alumnos matriculados en el nivel medio superior pasando del 62 al 87 por ciento, y 4.5 millones de alumnos en el nivel superior.

La Reforma Energética, que con 70 nuevas empresas en el sector ha comprometido una inversión de 200 mil millones de dólares.

La Reforma en Telecomunicaciones ha casi duplicado el número de usuarios conectados a Internet.

Al informar que “México es un país que ha logrado, sin duda, superar retos, ha logrado irse moldeando y avanzando de manera importante en su desarrollo social”, pidió reconocer los avances y logros que la República ha alcanzado a través del tiempo.

“Por eso, cuando dicen: qué mal estamos; o algunos refieren: qué mal está nuestro país, ha sido una tragedia lo que a México le ha ocurrido, francamente es no querer ver, o no reconocer, lo que sí hemos logrado y los avances que tenemos.”

Mencionó que “si estamos esperando un día a tener el país perfecto, pues a lo mejor nos quedaremos con el anhelo y las ganas. México es ya una historia de éxito”, y reconoció que, “por supuesto, nos falta mucho, pero no pongamos todo en la canasta de que estamos mal, sepamos al reconocer el avance y el logro y contrastarlo con el México que éramos”.

Recordó que en las décadas de los años 70, 80 y 90 había inflaciones de más del 80 por ciento al año, “y hoy el promedio de la inflación es de cuatro [por ciento)]. ¡Qué tan mal estamos que hemos tenido la inflación más baja, cuando menos se han incrementado los precios!”.

“Podríamos estar mejor, claro, y eso quisiéramos, pero tampoco somos ajenos a cómo está el mundo y cómo enfrentamos un escenario muy adverso”.

Recalcó que la economía mexicana no ha dejado de crecer ni un sólo trimestre, con más de 13 por ciento acumulado, lo que no ocurría desde hace más de 40 años, cuando las dos administraciones anteriores tuvieron crecimientos acumulados de 6.8 y 7.4 por ciento.

“¡Nunca, en ninguna otra administración, se había generado tanta inversión!”, sostuvo.

Hizo énfasis en que se debe reconocer el ascenso de México en el listado de los países más visitados del mundo, al pasar del lugar 15 al 6, con 39 millones de turistas, lo que se traduce en empleos y derrama económica, además de que se logró ser una nación superavitaria en el sector agroalimentario.

“Estos datos hablan del avance, no del presidente de la República, el avance que entre gobierno y sociedad hemos logrado alcanzar para tener un mejor país, y un país que queremos siga en la ruta del desarrollo y de oportunidades para las nuevas generaciones”.

Hay muchísimo más que puede agregarse al breve recuento que hizo el señor presidente de nuestros avances en todos los aspectos de la vida nacional.

Lo que lamentablemente omitió –porque la ocasión y el lugar eran impropios para ello--, fue mencionar el ámbito de oportunidades y libertades que en general disfrutamos los mexicanos, que esta administración se ha encargado de preservar y que estaremos poniendo en riesgo si el voto mayoritario de los mexicanos abre las puertas de Palacio Nacional a una opción que evidentemente ignora la historia y sus lecciones, y que por ello pretende hacernos retroceder repitiendo experimentos socio-políticos y económicos que ya han demostrado su ineficacia y han fracasado siempre en perjuicio de las libertades que ha costado tantos afanes, tiempo y energías alcanzar a la sociedad mexicana.

Algunos ingenuos o desinformados hasta se atreven a expresar que “cualquier otra alternativa es buena porque es imposible estar peor”. Quienes conocemos los casos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, por citar sólo tres casos de países que el autoritarismo mantiene en la regresión total, sabemos hasta dónde los habitantes de esos países pueden ver frustradas sus esperanzas y caer hasta la abyección de buscar algo de comida en los recipientes de basura.

Hablo de dictaduras que despotrican del imperialismo yanqui mientras su gente huye a los Estados Unidos en procuración de lo que les niega su propio régimen. Es cierto que muchos mexicanos (y cada vez menos) intentan (y en ocasiones logran) vivir en los Estados Unidos, porque buscan ampliar sus oportunidades de crecimiento individual y familiar, pero en ningún caso para vivir libres y sin miedo, como sí es el caso triste de los centroamericanos que viajan a bordo de La Bestia.

El tiempo, pues, se nos acaba, y por eso tenemos una cita definitiva con nuestro destino este domingo 1 de julio.

En la conmemoración del Día del Politécnico, el pasado día 21, el presidente Enrique Peña Nieto señaló que es a través de la suma de empeños que México avanza en la ruta del desarrollo.

Informó que la inversión extranjera directa en México ha alcanzado los 182 mil millones de dólares acumulado en esta administración, lo que equivale a 50 por ciento más de lo alcanzado en la administración anterior.

Durante el primer trimestre de 2018, la IED ha rebasado los 9 mil 500 millones de dólares. Esta cifra es la más alta en inversión que nuestro país haya recibido en la historia.

Hizo referencia a los avances que ha alcanzado México en los últimos 5 años y medio, en la ruta de su desarrollo.

Hizo, además, un breve balance de algunos de los resultados del proceso de reformas que se han llevado a cabo en el país como son:

Avance en el número de alumnos matriculados en el nivel medio superior pasando del 62 al 87 por ciento, y 4.5 millones de alumnos en el nivel superior.

La Reforma Energética, que con 70 nuevas empresas en el sector ha comprometido una inversión de 200 mil millones de dólares.

La Reforma en Telecomunicaciones ha casi duplicado el número de usuarios conectados a Internet.

Al informar que “México es un país que ha logrado, sin duda, superar retos, ha logrado irse moldeando y avanzando de manera importante en su desarrollo social”, pidió reconocer los avances y logros que la República ha alcanzado a través del tiempo.

“Por eso, cuando dicen: qué mal estamos; o algunos refieren: qué mal está nuestro país, ha sido una tragedia lo que a México le ha ocurrido, francamente es no querer ver, o no reconocer, lo que sí hemos logrado y los avances que tenemos.”

Mencionó que “si estamos esperando un día a tener el país perfecto, pues a lo mejor nos quedaremos con el anhelo y las ganas. México es ya una historia de éxito”, y reconoció que, “por supuesto, nos falta mucho, pero no pongamos todo en la canasta de que estamos mal, sepamos al reconocer el avance y el logro y contrastarlo con el México que éramos”.

Recordó que en las décadas de los años 70, 80 y 90 había inflaciones de más del 80 por ciento al año, “y hoy el promedio de la inflación es de cuatro [por ciento)]. ¡Qué tan mal estamos que hemos tenido la inflación más baja, cuando menos se han incrementado los precios!”.

“Podríamos estar mejor, claro, y eso quisiéramos, pero tampoco somos ajenos a cómo está el mundo y cómo enfrentamos un escenario muy adverso”.

Recalcó que la economía mexicana no ha dejado de crecer ni un sólo trimestre, con más de 13 por ciento acumulado, lo que no ocurría desde hace más de 40 años, cuando las dos administraciones anteriores tuvieron crecimientos acumulados de 6.8 y 7.4 por ciento.

“¡Nunca, en ninguna otra administración, se había generado tanta inversión!”, sostuvo.

Hizo énfasis en que se debe reconocer el ascenso de México en el listado de los países más visitados del mundo, al pasar del lugar 15 al 6, con 39 millones de turistas, lo que se traduce en empleos y derrama económica, además de que se logró ser una nación superavitaria en el sector agroalimentario.

“Estos datos hablan del avance, no del presidente de la República, el avance que entre gobierno y sociedad hemos logrado alcanzar para tener un mejor país, y un país que queremos siga en la ruta del desarrollo y de oportunidades para las nuevas generaciones”.

Hay muchísimo más que puede agregarse al breve recuento que hizo el señor presidente de nuestros avances en todos los aspectos de la vida nacional.

Lo que lamentablemente omitió –porque la ocasión y el lugar eran impropios para ello--, fue mencionar el ámbito de oportunidades y libertades que en general disfrutamos los mexicanos, que esta administración se ha encargado de preservar y que estaremos poniendo en riesgo si el voto mayoritario de los mexicanos abre las puertas de Palacio Nacional a una opción que evidentemente ignora la historia y sus lecciones, y que por ello pretende hacernos retroceder repitiendo experimentos socio-políticos y económicos que ya han demostrado su ineficacia y han fracasado siempre en perjuicio de las libertades que ha costado tantos afanes, tiempo y energías alcanzar a la sociedad mexicana.

Algunos ingenuos o desinformados hasta se atreven a expresar que “cualquier otra alternativa es buena porque es imposible estar peor”. Quienes conocemos los casos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, por citar sólo tres casos de países que el autoritarismo mantiene en la regresión total, sabemos hasta dónde los habitantes de esos países pueden ver frustradas sus esperanzas y caer hasta la abyección de buscar algo de comida en los recipientes de basura.

Hablo de dictaduras que despotrican del imperialismo yanqui mientras su gente huye a los Estados Unidos en procuración de lo que les niega su propio régimen. Es cierto que muchos mexicanos (y cada vez menos) intentan (y en ocasiones logran) vivir en los Estados Unidos, porque buscan ampliar sus oportunidades de crecimiento individual y familiar, pero en ningún caso para vivir libres y sin miedo, como sí es el caso triste de los centroamericanos que viajan a bordo de La Bestia.

El tiempo, pues, se nos acaba, y por eso tenemos una cita definitiva con nuestro destino este domingo 1 de julio.