/ martes 13 de abril de 2021

El mundo al revés

Se me hace que el mundo está al revés y esos principios de verdad y justicia a los que la sociedad jura aspirar, es nomás de dientes para afuera.

Digo que se me hace.

Y digo sociedad, pero también se valdría decir pueblo, aldea, vecindario, masas, nación, ciudadanía

Es que de pronto, a la hora de las definiciones, no somos ni la mínima parte de lo que arengamos en una plaza, en un micrófono, frente a las cámaras de la televisión, en un manifiesto, en una rueda de prensa, en una denuncia o en un muro de Facebook donde todos nos mostramos valientes, enjundiosos, bien portados, revolucionarios y echones al gobierno en turno.

Pero a la mera hora de freír las papas, es decir, a la hora que hay que dar un sí o un no, frente a lo que nos favorecerá, en lo personal, en lo familiar, en lo político o en lo ideológico, pero puede causar perjuicio al resto o alguien se verá perjudicado, esa convicción o esa aparente congruencia llena de valores, se manda al carajo y no queda nada de ese discurso de saliva, más que la conveniencia.

Y no estoy hablando de un partido político o de una organización determinada. Tampoco de un hecho actual ni demagogia alguna. Mucho menos de un aspirante determinado a un puesto de elección popular quien acusa de todo a unos, con tal de subir al púlpito de la honorabilidad a otro, por más que en el mundo este y aquellos sean una y la misma cosa o tan iguales.

Nada de eso, así es que no se vengan a dar por aludidos.

Hablo en todo caso de todas esas individualidades que suelen practicar el deporte favorito de México, que, para efectos de propiedad intelectual, llamaré desde ahorita como el sexenio-bol, en donde el juego consiste en exigir al ejercicio público absoluta honradez y nada de corrupción, cero agandalle y nula maledicencia hacia nadie si eres funcionario o llegas a ocupar alguno encargo.

Ya lo dijo el poeta y filósofo bengalí, del movimiento Brahmo Samaj, Rabindranath Tagore “Leemos el mundo al revés y nos lamentamos de no comprender nada

Eso fue hace más de un siglo y quizá se le ocurrió decirlo como advertencia al peluquero que le cortaba las puntitas de su cabellera blanca y le recortaba la barba con tal de que se viera impecable al momento de recibir el premio nobel de literatura que le otorgaron en 1913, luego de que aquel se puso a interrogarlo sobre algún acontecimiento en particular como los que aquí le estoy diciendo o, o lo expresó para sí, como quien ya habla solo, al notarse incomprendido y ver, él sí bien clarito, lo que pasaba a su alrededor.

El propio Eduardo Galeano, en su libro Patas arriba. La escuela del mundo al revés también habló al respecto. En este libro Don Lalo, genial como siempre, muestra por qué el mundo está al revés. Recuerda a Alicia en su viaje a través del espejo y así, recorre temas como la impunidad del poder, la sociedad de consumo, la injusticia, el racismo y el machismo. El autor se destaca en esta obra por su inconfundible estilo que cruza el ensayo, la poesía, la narración y la crónica para mostrar sin tapujos las miserias de la sociedad contemporánea.

“Al fin del milenio, el mundo al revés está a la vista: es el mundo tal cual es, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies.”

No obstante

Letras

Me parece que en mundo

Ya las cosas no andan bien

Pues parece que a la gente

Se les fue el seso a los pies.

Que está ciega la justicia

Esto tú lo puedes ver

En la última refriega

Salió condenado un juez.

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Si tal parece que gozamos

Poner las cosas al revés.

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Por tanto genio y tanto sabio

Que juegan yoyo en el café.

Los parientes afligidos

De un hotel los tenis cuelgan,

Un doctor piden a gritos

No hay ninguno están en huelga.

Ayer yo busqué un gendarme

Pues robaron a mi tía

Y él me contestó muy fresco

Debuté en la policía.

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Si tal parece que gozamos

Poner las cosas al revés.

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Por tanto genio y tanto sabio

Que juegan yoyo en el café.

Esas figuras extrañas

De ajustados pantalones

No son chicas son las mañas

De los nuevos rebeldones.

Ayer pregunté a un niñito

Qué deseaba ser de grande

Y me contestó quedito:

"A sus hermanas ligarme".

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Si tal parece que gozamos

Poner las cosas al revés.

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Por eso estamos como estamos,

Si todo se hace con los pies.

Se me hace que el mundo está al revés y esos principios de verdad y justicia a los que la sociedad jura aspirar, es nomás de dientes para afuera.

Digo que se me hace.

Y digo sociedad, pero también se valdría decir pueblo, aldea, vecindario, masas, nación, ciudadanía

Es que de pronto, a la hora de las definiciones, no somos ni la mínima parte de lo que arengamos en una plaza, en un micrófono, frente a las cámaras de la televisión, en un manifiesto, en una rueda de prensa, en una denuncia o en un muro de Facebook donde todos nos mostramos valientes, enjundiosos, bien portados, revolucionarios y echones al gobierno en turno.

Pero a la mera hora de freír las papas, es decir, a la hora que hay que dar un sí o un no, frente a lo que nos favorecerá, en lo personal, en lo familiar, en lo político o en lo ideológico, pero puede causar perjuicio al resto o alguien se verá perjudicado, esa convicción o esa aparente congruencia llena de valores, se manda al carajo y no queda nada de ese discurso de saliva, más que la conveniencia.

Y no estoy hablando de un partido político o de una organización determinada. Tampoco de un hecho actual ni demagogia alguna. Mucho menos de un aspirante determinado a un puesto de elección popular quien acusa de todo a unos, con tal de subir al púlpito de la honorabilidad a otro, por más que en el mundo este y aquellos sean una y la misma cosa o tan iguales.

Nada de eso, así es que no se vengan a dar por aludidos.

Hablo en todo caso de todas esas individualidades que suelen practicar el deporte favorito de México, que, para efectos de propiedad intelectual, llamaré desde ahorita como el sexenio-bol, en donde el juego consiste en exigir al ejercicio público absoluta honradez y nada de corrupción, cero agandalle y nula maledicencia hacia nadie si eres funcionario o llegas a ocupar alguno encargo.

Ya lo dijo el poeta y filósofo bengalí, del movimiento Brahmo Samaj, Rabindranath Tagore “Leemos el mundo al revés y nos lamentamos de no comprender nada

Eso fue hace más de un siglo y quizá se le ocurrió decirlo como advertencia al peluquero que le cortaba las puntitas de su cabellera blanca y le recortaba la barba con tal de que se viera impecable al momento de recibir el premio nobel de literatura que le otorgaron en 1913, luego de que aquel se puso a interrogarlo sobre algún acontecimiento en particular como los que aquí le estoy diciendo o, o lo expresó para sí, como quien ya habla solo, al notarse incomprendido y ver, él sí bien clarito, lo que pasaba a su alrededor.

El propio Eduardo Galeano, en su libro Patas arriba. La escuela del mundo al revés también habló al respecto. En este libro Don Lalo, genial como siempre, muestra por qué el mundo está al revés. Recuerda a Alicia en su viaje a través del espejo y así, recorre temas como la impunidad del poder, la sociedad de consumo, la injusticia, el racismo y el machismo. El autor se destaca en esta obra por su inconfundible estilo que cruza el ensayo, la poesía, la narración y la crónica para mostrar sin tapujos las miserias de la sociedad contemporánea.

“Al fin del milenio, el mundo al revés está a la vista: es el mundo tal cual es, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies.”

No obstante

Letras

Me parece que en mundo

Ya las cosas no andan bien

Pues parece que a la gente

Se les fue el seso a los pies.

Que está ciega la justicia

Esto tú lo puedes ver

En la última refriega

Salió condenado un juez.

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Si tal parece que gozamos

Poner las cosas al revés.

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Por tanto genio y tanto sabio

Que juegan yoyo en el café.

Los parientes afligidos

De un hotel los tenis cuelgan,

Un doctor piden a gritos

No hay ninguno están en huelga.

Ayer yo busqué un gendarme

Pues robaron a mi tía

Y él me contestó muy fresco

Debuté en la policía.

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Si tal parece que gozamos

Poner las cosas al revés.

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Por tanto genio y tanto sabio

Que juegan yoyo en el café.

Esas figuras extrañas

De ajustados pantalones

No son chicas son las mañas

De los nuevos rebeldones.

Ayer pregunté a un niñito

Qué deseaba ser de grande

Y me contestó quedito:

"A sus hermanas ligarme".

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Si tal parece que gozamos

Poner las cosas al revés.

Por eso estamos como estamos,

Por eso nunca progresamos,

Por eso estamos como estamos,

Si todo se hace con los pies.