/ lunes 9 de mayo de 2022

El Espectador | La pelea por Xoxocotla, Morelos, algunos apuntes

El martes 11 de enero del 2022, aproximadamente a las tres de la tarde, la vecina salió de su casa para ir a comprar al mercado. Cuando iba más o menos a la mitad del callejón, vio a dos hombres que no eran de la zona justo en la entrada del portón, uno vestía una camisa blanca, era de complexión delgada, de 1.70 de altura aproximadamente, de tez blanca, de cabello corto, color negro, sin bigote ni barba, tenía entre 35 y 40 años de edad. El segundo sujeto no recuerda cómo vestía pero se veía más grande de edad, aproximadamente de 50 años, de estatura media, su cabello era un poco canoso, de tez morena clara, no tenía barba ni bigote. La señora recuerda que los hombres estaban platicando con una joven que trabajaba con Benjamín López y también estaba otro muchacho que laboraba con el presidente de Xoxocotla, Morelos. Inmediatamente vio que llegó un sujeto con un arma larga, no recuerda cómo iba vestido, todo sucedió rápido. Los metieron a empujones a la propiedad. Ella se fue rápido, por instinto.

Dos empleados de una empresa financiera de Puebla, una asistente que los atendía y el chofer del presidente municipal del municipio de Xoxocotla, estaban en el lugar. Un año antes se llevaron a cabo elecciones dentro del municipio y ganó Juan López Palacios, pero falleció. Se quedó como presidente su hermano, Benjamín López Palacios. A él buscaban los hombres armados que los metieron a empujones y gritos. De inmediato les dijeron métanse, ellos casi no voltearon, sintieron frío por todo el cuerpo. Comenzaron a caminar dentro del domicilio y los llevaron a una casita que está dentro de la propiedad, hacia la izquierda. Les pidieron sus celulares. Temblaban. Les ordenaron tirarse al suelo, todos bajaron la cabeza, no miraban a ningún lugar, comenzaron a rezar.

Ese mismo 11 de enero del 2022, aproximadamente a las 11:30 horas, otro hombre llegó a las oficinas del Ayuntamiento, para que le firmara Benjamín diversos contratos de las cuentas bancarias para recibir participaciones federales. Estuvieron juntos casi una hora. Cuando platicaban, el presidente de Xoxocotla le dijo que una mujer güera, alta, guapa le estaba llamando al celular insistentemente, le solicitaba una reunión. No le explicó claramente si era para un convenio, un tema de una constructora o casas, o si era porque quería trabajar en el gobierno, hacerse cargo de la seguridad. Lo que sí le comentó es que bloqueó su número porque le advirtieron que esa mujer tenía relación con Los Rojos.

Estaban los cuatro tirados en el suelo, les dijeron que así tenían que estar, que dijeran dónde estaba Benjamín. Ante la falta de respuestas, uno dijo: “Quédate y si se mueven quiébratelos”. Salieron dos de la oficina y comenzaron a buscar en la propiedad. Pasaron unos minutos y escucharon unos truenos muy fuertes, como de cuetes, pero muy seguidos. Serían unos cuatro o más, no recuerdan con exactitud. Después escucharon que salieron corriendo los tres y silencio. Pasaron unos minutos más y los sujetos del banco salieron también huyendo. Los dos trabajadores del presidende de Xoxocotla sabían en ese momento que ya habían matado a su jefe.

El martes 11 de enero del 2022, aproximadamente a las tres de la tarde, la vecina salió de su casa para ir a comprar al mercado. Cuando iba más o menos a la mitad del callejón, vio a dos hombres que no eran de la zona justo en la entrada del portón, uno vestía una camisa blanca, era de complexión delgada, de 1.70 de altura aproximadamente, de tez blanca, de cabello corto, color negro, sin bigote ni barba, tenía entre 35 y 40 años de edad. El segundo sujeto no recuerda cómo vestía pero se veía más grande de edad, aproximadamente de 50 años, de estatura media, su cabello era un poco canoso, de tez morena clara, no tenía barba ni bigote. La señora recuerda que los hombres estaban platicando con una joven que trabajaba con Benjamín López y también estaba otro muchacho que laboraba con el presidente de Xoxocotla, Morelos. Inmediatamente vio que llegó un sujeto con un arma larga, no recuerda cómo iba vestido, todo sucedió rápido. Los metieron a empujones a la propiedad. Ella se fue rápido, por instinto.

Dos empleados de una empresa financiera de Puebla, una asistente que los atendía y el chofer del presidente municipal del municipio de Xoxocotla, estaban en el lugar. Un año antes se llevaron a cabo elecciones dentro del municipio y ganó Juan López Palacios, pero falleció. Se quedó como presidente su hermano, Benjamín López Palacios. A él buscaban los hombres armados que los metieron a empujones y gritos. De inmediato les dijeron métanse, ellos casi no voltearon, sintieron frío por todo el cuerpo. Comenzaron a caminar dentro del domicilio y los llevaron a una casita que está dentro de la propiedad, hacia la izquierda. Les pidieron sus celulares. Temblaban. Les ordenaron tirarse al suelo, todos bajaron la cabeza, no miraban a ningún lugar, comenzaron a rezar.

Ese mismo 11 de enero del 2022, aproximadamente a las 11:30 horas, otro hombre llegó a las oficinas del Ayuntamiento, para que le firmara Benjamín diversos contratos de las cuentas bancarias para recibir participaciones federales. Estuvieron juntos casi una hora. Cuando platicaban, el presidente de Xoxocotla le dijo que una mujer güera, alta, guapa le estaba llamando al celular insistentemente, le solicitaba una reunión. No le explicó claramente si era para un convenio, un tema de una constructora o casas, o si era porque quería trabajar en el gobierno, hacerse cargo de la seguridad. Lo que sí le comentó es que bloqueó su número porque le advirtieron que esa mujer tenía relación con Los Rojos.

Estaban los cuatro tirados en el suelo, les dijeron que así tenían que estar, que dijeran dónde estaba Benjamín. Ante la falta de respuestas, uno dijo: “Quédate y si se mueven quiébratelos”. Salieron dos de la oficina y comenzaron a buscar en la propiedad. Pasaron unos minutos y escucharon unos truenos muy fuertes, como de cuetes, pero muy seguidos. Serían unos cuatro o más, no recuerdan con exactitud. Después escucharon que salieron corriendo los tres y silencio. Pasaron unos minutos más y los sujetos del banco salieron también huyendo. Los dos trabajadores del presidende de Xoxocotla sabían en ese momento que ya habían matado a su jefe.