/ lunes 4 de enero de 2021

El Espectador | Es la economía...

Por más pactos políticos que se hagan entre gobierno, sindicatos y sector privado para conservar el empleo, la última palabra la tiene la economía.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este fin de semana que desde que está el outsourcing se despiden a muchos trabajadores en diciembre. Que iban muy bien, pero por la subcontratación se perdieron 277 mil trabajos en el último mes del 2020. Sin embargo, los especialistas coinciden en que la pandemia del 2020, el final del ciclo económico de cada año, el cierre de empresas y la caída del gasto público provocaron que el sueño que angustia a las familias se hiciera real.

Tradicionalmente, los organismos privados y el gobierno registran una caída promedio del empleo de entre 1 y 2 por ciento en diciembre de cada año, lo cual se ha repetido durante los últimos 22 años desde que este indicador se mide, debido a la estacionalidad de la economía. El Centro de Estudios del Sector Privado, INEGI y el IMSS registran durante dos décadas, por “causas multifactoriales”, que en diciembre de cada año siempre hay un ajuste temporal en la creación de empleos.

En diciembre del 2019, el IMSS reportó que se perdieron 382 mil 210 puestos de trabajo, cifra que representó la mayor disminución de puestos de trabajo formales desde que se tiene registro en la institución.

El Ejecutivo informó que al final del 2020 el país perdió 277 mil empleos formales, sin profundizar en el cierre de la economía en muchas regiones del país, particularmente en la Ciudad de México y Quintana Roo.

Es importante resaltar que el fenómeno es muy similar en el resto de los países de América Latina. De acuerdo con el informe laboral 2020 de la región, que prepara la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en los resultados de este año, lo primero que salta a la vista es un aumento importante de la tasa de desocupación, que calculaba llegaría a 10.6 por ciento a fin de año, es decir 2.5 puntos porcentuales por encima del año pasado. Esto significa que el número de personas que buscan empleo y no lo pueden conseguir aumenta 5.4 millones, y llega hasta 30.1 millones en todos los países de la zona.

Para el caso mexicano, TallentiaMX e IDIC (Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico) reconocen que desde el segundo semestre hubo una recuperación de empleos formales, del millón de puestos de trabajo perdidos al inicio de la pandemia, ya que en octubre y noviembre la creación de fuentes de trabajo fue más significativa. Sin embargo, en diciembre muchos empleos se pierden por la estacionalidad de la economía y a ello habría que añadir las nuevas restricciones del rebrote de la pandemia que por supuesto tienen un impacto directo en la pérdida de fuentes de ingresos.

Si observamos las cifras desde mediados de 1990 a la fecha, aún antes del outsourcing, diciembre siempre ha sido un mes en donde las empresas hacen ajustes, lo cual no depende de los esquemas de contratación laboral, sostiene IDIC.

Por más pactos políticos que se hagan entre gobierno, sindicatos y sector privado para conservar el empleo, la última palabra la tiene la economía.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este fin de semana que desde que está el outsourcing se despiden a muchos trabajadores en diciembre. Que iban muy bien, pero por la subcontratación se perdieron 277 mil trabajos en el último mes del 2020. Sin embargo, los especialistas coinciden en que la pandemia del 2020, el final del ciclo económico de cada año, el cierre de empresas y la caída del gasto público provocaron que el sueño que angustia a las familias se hiciera real.

Tradicionalmente, los organismos privados y el gobierno registran una caída promedio del empleo de entre 1 y 2 por ciento en diciembre de cada año, lo cual se ha repetido durante los últimos 22 años desde que este indicador se mide, debido a la estacionalidad de la economía. El Centro de Estudios del Sector Privado, INEGI y el IMSS registran durante dos décadas, por “causas multifactoriales”, que en diciembre de cada año siempre hay un ajuste temporal en la creación de empleos.

En diciembre del 2019, el IMSS reportó que se perdieron 382 mil 210 puestos de trabajo, cifra que representó la mayor disminución de puestos de trabajo formales desde que se tiene registro en la institución.

El Ejecutivo informó que al final del 2020 el país perdió 277 mil empleos formales, sin profundizar en el cierre de la economía en muchas regiones del país, particularmente en la Ciudad de México y Quintana Roo.

Es importante resaltar que el fenómeno es muy similar en el resto de los países de América Latina. De acuerdo con el informe laboral 2020 de la región, que prepara la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en los resultados de este año, lo primero que salta a la vista es un aumento importante de la tasa de desocupación, que calculaba llegaría a 10.6 por ciento a fin de año, es decir 2.5 puntos porcentuales por encima del año pasado. Esto significa que el número de personas que buscan empleo y no lo pueden conseguir aumenta 5.4 millones, y llega hasta 30.1 millones en todos los países de la zona.

Para el caso mexicano, TallentiaMX e IDIC (Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico) reconocen que desde el segundo semestre hubo una recuperación de empleos formales, del millón de puestos de trabajo perdidos al inicio de la pandemia, ya que en octubre y noviembre la creación de fuentes de trabajo fue más significativa. Sin embargo, en diciembre muchos empleos se pierden por la estacionalidad de la economía y a ello habría que añadir las nuevas restricciones del rebrote de la pandemia que por supuesto tienen un impacto directo en la pérdida de fuentes de ingresos.

Si observamos las cifras desde mediados de 1990 a la fecha, aún antes del outsourcing, diciembre siempre ha sido un mes en donde las empresas hacen ajustes, lo cual no depende de los esquemas de contratación laboral, sostiene IDIC.