/ miércoles 20 de abril de 2022

El Espectador | El sueño del Presidente podría convertirse en pesadilla al final

El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene un sueño en materia energética: alcanzar la autosuficiencia de combustibles.

Así, a todos ha quedado claro que realizará los movimientos, inversiones, rescates o cambios que sean necesarios de la mano de Octavio Romero Oropeza, director de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Como es sabido, Pemex Exploración y Producción (PEP) tiene luz verde para perforar pozos en 20 campos, mismos que son considerados como prioritarios debido a su meta por incrementar de manera agresiva la producción, pero que no han dado los resultados esperados según los últimos reportes.

Octavio Romero ha dicho que por malas inversiones de los gobiernos del pasado, la producción cayó de 2.5 millones de barriles diarios en 2013, a 1.6 millones de barriles en enero de 2019.

El equipo de López Obrador comenzó a difundir que lograrían producir 2.6 millones de barriles diarios para el 2024. Pero conforme ha avanzado la realidad dentro de sus planes, han ajustado sus palabras. En diciembre del 2021 el director de Pemex trató de sepultar promesas, dijo que la meta es de dos millones de barriles diarios al acabar el sexenio.

Los indicadores de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), de Rogelio Hernández Cázares, indican que la empresa productora del Estado sigue en picada.

Uno de los ejemplos sobre la lejanía de los objetivos es Ixachi, al que se apuntó como joya de la corona en el plan de perforación y se ha quedado corto. Aunque la promesa ha sido que para 2023 se obtendrán 80 mil barriles por día, en julio del año pasado apenas llegaba a 25 mil 716 barriles.

Ante ello, los optimistas se preguntan: ¿Por qué en lugar de crecimientos las reducciones son cada vez más significativas?

Curiosamente, una de las respuestas que corren al interior de la petrolera tiene que ver con aquel mal que ha tratado de combatir el tabasqueño desde sus primeros momentos como mandatario, la corrupción.

Los testimonios apuntan a que Miguel Ángel Lozada se ha mantenido con funciones de directivo en PEP, a pesar que dejará oficialmente su posición en febrero del año pasado en medio de la reapertura del caso que lo involucraba presuntamente como parte de la Estafa Maestra, y que finalmente libró debido que el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Penal de la Ciudad de México determinó que el delito por el que se le acusaba, uso ilícito de facultades y atribuciones, había prescrito.

Lozada Aguilar, dicen al interior de Pemex, ha extendido su reinado para favorecer a amigos proveedores mediante el nuevo encargado de Exploración y Producción, Ángel Cid, quien además de recurrir a su predecesor en reiteradas ocasiones para pedir consejo, también recibe instrucciones directas.

Con estos factores de por medio, y muchos casos más, para nadie es extraño que el llamado a investigar las contrataciones, transparentar el uso de los recursos y dar paso a la rendición de cuentas, sea cada vez más sonoro entre los petroleros y por supuesto entre los mexicanos de a pie.

Asimismo, entre las interrogantes figura si Romero Oropeza se encuentra al tanto de la toma conjunta de decisiones en PEP, y si cumplirá los sueños de dos millones de barriles diarios que se ha planteado el titular del Ejecutivo para el fin de su sexenio, o si pronto hará un nuevo ajuste de su pronóstico.

El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene un sueño en materia energética: alcanzar la autosuficiencia de combustibles.

Así, a todos ha quedado claro que realizará los movimientos, inversiones, rescates o cambios que sean necesarios de la mano de Octavio Romero Oropeza, director de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Como es sabido, Pemex Exploración y Producción (PEP) tiene luz verde para perforar pozos en 20 campos, mismos que son considerados como prioritarios debido a su meta por incrementar de manera agresiva la producción, pero que no han dado los resultados esperados según los últimos reportes.

Octavio Romero ha dicho que por malas inversiones de los gobiernos del pasado, la producción cayó de 2.5 millones de barriles diarios en 2013, a 1.6 millones de barriles en enero de 2019.

El equipo de López Obrador comenzó a difundir que lograrían producir 2.6 millones de barriles diarios para el 2024. Pero conforme ha avanzado la realidad dentro de sus planes, han ajustado sus palabras. En diciembre del 2021 el director de Pemex trató de sepultar promesas, dijo que la meta es de dos millones de barriles diarios al acabar el sexenio.

Los indicadores de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), de Rogelio Hernández Cázares, indican que la empresa productora del Estado sigue en picada.

Uno de los ejemplos sobre la lejanía de los objetivos es Ixachi, al que se apuntó como joya de la corona en el plan de perforación y se ha quedado corto. Aunque la promesa ha sido que para 2023 se obtendrán 80 mil barriles por día, en julio del año pasado apenas llegaba a 25 mil 716 barriles.

Ante ello, los optimistas se preguntan: ¿Por qué en lugar de crecimientos las reducciones son cada vez más significativas?

Curiosamente, una de las respuestas que corren al interior de la petrolera tiene que ver con aquel mal que ha tratado de combatir el tabasqueño desde sus primeros momentos como mandatario, la corrupción.

Los testimonios apuntan a que Miguel Ángel Lozada se ha mantenido con funciones de directivo en PEP, a pesar que dejará oficialmente su posición en febrero del año pasado en medio de la reapertura del caso que lo involucraba presuntamente como parte de la Estafa Maestra, y que finalmente libró debido que el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Penal de la Ciudad de México determinó que el delito por el que se le acusaba, uso ilícito de facultades y atribuciones, había prescrito.

Lozada Aguilar, dicen al interior de Pemex, ha extendido su reinado para favorecer a amigos proveedores mediante el nuevo encargado de Exploración y Producción, Ángel Cid, quien además de recurrir a su predecesor en reiteradas ocasiones para pedir consejo, también recibe instrucciones directas.

Con estos factores de por medio, y muchos casos más, para nadie es extraño que el llamado a investigar las contrataciones, transparentar el uso de los recursos y dar paso a la rendición de cuentas, sea cada vez más sonoro entre los petroleros y por supuesto entre los mexicanos de a pie.

Asimismo, entre las interrogantes figura si Romero Oropeza se encuentra al tanto de la toma conjunta de decisiones en PEP, y si cumplirá los sueños de dos millones de barriles diarios que se ha planteado el titular del Ejecutivo para el fin de su sexenio, o si pronto hará un nuevo ajuste de su pronóstico.