/ martes 21 de septiembre de 2021

El canto nuevo, los amigos y el amor

Yo no sé, bien a bien, cuando empezó mi gusto por ese género.Pudo ser, aunque no lo sé de cierto, en el C.C.H. Morelos cuya preparatoria trataba a los estudiantes como sujetos pensantes y proclives a la reflexión.

Tal vez haya sido poco antes que mi hermano Chema me diera, como regalo de navidad, casi una docena de casetes con lo más variado de esa música, luego de que su amigo José Miguel atendió su petición de que le grabara esos audios, seleccionando lo mejor del amplio repertorio que tenía y que, supongo, fue una tarea agotadora.

Quizá me aficioné también a ella gracias a ese programa llamado 'Música y algo más' que se transmitía, en la tarde, por el canal 13, bajo la conducción de Sergio Romano, quien presentada a los más granado de ese entonces o a dos o tres cantautores que apenas empezaban.

Para no deliberar ahorita quien fue verdaderamente el apólogo que me indujo en este movimiento artístico, mejor quiero agradecer a cada uno lo que pudo incidir y asi yo me prendiera de esta adición que sigo hasta a la fecha.

Salud por ellos, por el canto nuevo, los amigos y el amor.

Y es que me parece que uno en todo debe ser agradecido y no regatearle a nadie nada. Así me lo enseñó miama y así lo hago.

Esa prepa y sus maestros fueron significativos para mi formación académica que me hizo no resentir tanto mi llegada a la universidad ni verme en el aula como a un párvulo que lo agarran de la manita para cruzar la calle y luego dejarlo en el kínder en donde debe permanecer calladito y bien portado.

Chema, por su parte, para mí es un referente y una vara muy alta que existe en mi camino para tratar de ser aunque sea la mitad de lo que siempre ha sido él. Me refiero a sus virtudes, claro, porque tampoco hubiera estado dispuesto a que me cayera una bala de cañón en una pata ni que me trasquilaran los soldados cuando hiciera mi servicio militar nomás para emularlo.

Preferí seguirle los pasos hasta donde he podido para que se sienta orgulloso de mí, pues es lo menos que debo hacer por tanto a cambio, como el haberme dicho, poquito antes de las doce de la noche, de ese 24 de diciembre, donde traían escondida la bicicleta que a mis seis añitos de edad, por vez primera me iba a amanecer o el haberme regalado esa colección trovera y latinoamericana que me permitieron escuchar a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Alfredo Zitarrosa, Mercedes Sosa, Los Folkloristas, Quilapayùn, Inti-Illimani, entre otros tantos que guardaditos por ahí, todavía los tengo.

Eso entre tantas otras cosas.

Lo cierto es que llegué a pensar que, saliendo del terruño, dejaria esos gustos y, poco a poco agarraria otros, como si cambiara de zapatos, o tirara una camisa o me olvidara, repentinamente, de lo que ahora entiendo, es indeleble en el corazón y por tanto se queda para siempre.

Estoy hablando de ese canto, los amigos y el amor.

Acá,donde ahora estoy, nada de lo anterior se fue, mas aun, por el contrario, llegué a lo que hoy es mi otra tierra y esas preciadas cosas también las vine a encontrar aquí.

Eran los principios de los años ochenta y al igual que lo veía en la prepa, la universidad que me soportó por cinco años, solía tener sus espacios libres o tomados con la fuerza estudiantil, en donde un grupo aquí, otra voz allá, interpretaban el catálogo de rolas con las que ya estaba muy familiarizado y no me eran para nada desconocidas.

Llegando está el carnaval quebradeño, mi cholita

Fiesta de la quebrada humahuaqueña para cantar

Erke, charango y bombo carnavalito para bailar

Llegando está el carnaval quebradeño, mi cholita,

Llegando está el carnaval quebradeño, mi cholita

Y así se iba el tiempo pero no el gustito por esas maravillas que, primero en una caja de zapatos, más delante, en un librero y después en un aparato de madera, se fueron sumando a los casetes que me había dado Chema y me habían acompañado en este viaje que empecé hace más de treinta años y es hora que no acaba.

Entre conciertos y mítines, con amigos de la propia escuela o en esa casa de estudiantes entrañable, así se fueron más añitos, con un pie aquí desde donde escribo hoy y otro allá de donde vine cruzando mares, buscando amor.

Porque nunca cortamos el cordón umbilical, solo lo estiramos, dice Octavio Paz y quien quite tenga mucha razón. Cuando menos en la música, así es y si no dejé mi preferencia por ella cuando dejé el puerto ni tampoco al salir de esa alma mater, creo que menos lo haría y a las semanas alguien me presenta a una bella mujer que no hacía otra cosa en sus ratos libres que escuchar esos discos LP que traía a casa su hermano y se aprendía las canciones, una a una, para cantarlas hasta que se le hinchara el ombligo.

Estoy hablando de esas noches, los amigos y el amor.

Entonces ella y yo tuvimos el ideal pretexto para salir a la calle y andar la ciudad, platicando de todito hasta encontrar una banquita que ahí como sigue la plaza y formalizar, a nuestro modo, lo que semanas antes, ya se venía construyendo.

Entonces ella y yo, acudiamos cada tardenoche de peña a esa Casa de La Cultura que aún yace bajo la sombra, a ratitos, de ese cerro y entonabamos ,desde unas mesitas escuálidas, lo que el Pancho Jaime ofrecía como repertorio, con su ya legendaria voz y a su manera.

Entonces ella y yo, en más ocasiones recorrimos bares y explanadas, foros y auditorios, escalinatas y banquetas, luces y sonidos para hacernos presentes y nos dieran la una o las dos o las tres, escuchando buena parte de ese inventario que registraban los casetes Sony que a mi me dio mi hermano Chema y a ella le indujo, inolvidablemente,agradecidamente, su hermano Julio.

Hablo de esas noches, los amigos y el amor.

La prepa, el programa de Sergio Romano, el regalo de mi hermano y su existencia, la universidad, los recitales al aire libre, las peñas, la casa de la cultura, los amigos, esa casa de estudiantes, Malasangre, El Chaplin, Diana y David Mendoza, el grupo Enlace, El Pancho Jaime del meritito Bacadéhuachi , El Isac Peña, Jorge Trewartha, La Verbena y una terraza en villa de Seris que sigue ahi, sábado tras sábado, diciendo tanto.

Hablo de ella, de Julio, los amigos Y EL AMOR.

Yo no sé, bien a bien, cuando empezó mi gusto por ese género.Pudo ser, aunque no lo sé de cierto, en el C.C.H. Morelos cuya preparatoria trataba a los estudiantes como sujetos pensantes y proclives a la reflexión.

Tal vez haya sido poco antes que mi hermano Chema me diera, como regalo de navidad, casi una docena de casetes con lo más variado de esa música, luego de que su amigo José Miguel atendió su petición de que le grabara esos audios, seleccionando lo mejor del amplio repertorio que tenía y que, supongo, fue una tarea agotadora.

Quizá me aficioné también a ella gracias a ese programa llamado 'Música y algo más' que se transmitía, en la tarde, por el canal 13, bajo la conducción de Sergio Romano, quien presentada a los más granado de ese entonces o a dos o tres cantautores que apenas empezaban.

Para no deliberar ahorita quien fue verdaderamente el apólogo que me indujo en este movimiento artístico, mejor quiero agradecer a cada uno lo que pudo incidir y asi yo me prendiera de esta adición que sigo hasta a la fecha.

Salud por ellos, por el canto nuevo, los amigos y el amor.

Y es que me parece que uno en todo debe ser agradecido y no regatearle a nadie nada. Así me lo enseñó miama y así lo hago.

Esa prepa y sus maestros fueron significativos para mi formación académica que me hizo no resentir tanto mi llegada a la universidad ni verme en el aula como a un párvulo que lo agarran de la manita para cruzar la calle y luego dejarlo en el kínder en donde debe permanecer calladito y bien portado.

Chema, por su parte, para mí es un referente y una vara muy alta que existe en mi camino para tratar de ser aunque sea la mitad de lo que siempre ha sido él. Me refiero a sus virtudes, claro, porque tampoco hubiera estado dispuesto a que me cayera una bala de cañón en una pata ni que me trasquilaran los soldados cuando hiciera mi servicio militar nomás para emularlo.

Preferí seguirle los pasos hasta donde he podido para que se sienta orgulloso de mí, pues es lo menos que debo hacer por tanto a cambio, como el haberme dicho, poquito antes de las doce de la noche, de ese 24 de diciembre, donde traían escondida la bicicleta que a mis seis añitos de edad, por vez primera me iba a amanecer o el haberme regalado esa colección trovera y latinoamericana que me permitieron escuchar a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Alfredo Zitarrosa, Mercedes Sosa, Los Folkloristas, Quilapayùn, Inti-Illimani, entre otros tantos que guardaditos por ahí, todavía los tengo.

Eso entre tantas otras cosas.

Lo cierto es que llegué a pensar que, saliendo del terruño, dejaria esos gustos y, poco a poco agarraria otros, como si cambiara de zapatos, o tirara una camisa o me olvidara, repentinamente, de lo que ahora entiendo, es indeleble en el corazón y por tanto se queda para siempre.

Estoy hablando de ese canto, los amigos y el amor.

Acá,donde ahora estoy, nada de lo anterior se fue, mas aun, por el contrario, llegué a lo que hoy es mi otra tierra y esas preciadas cosas también las vine a encontrar aquí.

Eran los principios de los años ochenta y al igual que lo veía en la prepa, la universidad que me soportó por cinco años, solía tener sus espacios libres o tomados con la fuerza estudiantil, en donde un grupo aquí, otra voz allá, interpretaban el catálogo de rolas con las que ya estaba muy familiarizado y no me eran para nada desconocidas.

Llegando está el carnaval quebradeño, mi cholita

Fiesta de la quebrada humahuaqueña para cantar

Erke, charango y bombo carnavalito para bailar

Llegando está el carnaval quebradeño, mi cholita,

Llegando está el carnaval quebradeño, mi cholita

Y así se iba el tiempo pero no el gustito por esas maravillas que, primero en una caja de zapatos, más delante, en un librero y después en un aparato de madera, se fueron sumando a los casetes que me había dado Chema y me habían acompañado en este viaje que empecé hace más de treinta años y es hora que no acaba.

Entre conciertos y mítines, con amigos de la propia escuela o en esa casa de estudiantes entrañable, así se fueron más añitos, con un pie aquí desde donde escribo hoy y otro allá de donde vine cruzando mares, buscando amor.

Porque nunca cortamos el cordón umbilical, solo lo estiramos, dice Octavio Paz y quien quite tenga mucha razón. Cuando menos en la música, así es y si no dejé mi preferencia por ella cuando dejé el puerto ni tampoco al salir de esa alma mater, creo que menos lo haría y a las semanas alguien me presenta a una bella mujer que no hacía otra cosa en sus ratos libres que escuchar esos discos LP que traía a casa su hermano y se aprendía las canciones, una a una, para cantarlas hasta que se le hinchara el ombligo.

Estoy hablando de esas noches, los amigos y el amor.

Entonces ella y yo tuvimos el ideal pretexto para salir a la calle y andar la ciudad, platicando de todito hasta encontrar una banquita que ahí como sigue la plaza y formalizar, a nuestro modo, lo que semanas antes, ya se venía construyendo.

Entonces ella y yo, acudiamos cada tardenoche de peña a esa Casa de La Cultura que aún yace bajo la sombra, a ratitos, de ese cerro y entonabamos ,desde unas mesitas escuálidas, lo que el Pancho Jaime ofrecía como repertorio, con su ya legendaria voz y a su manera.

Entonces ella y yo, en más ocasiones recorrimos bares y explanadas, foros y auditorios, escalinatas y banquetas, luces y sonidos para hacernos presentes y nos dieran la una o las dos o las tres, escuchando buena parte de ese inventario que registraban los casetes Sony que a mi me dio mi hermano Chema y a ella le indujo, inolvidablemente,agradecidamente, su hermano Julio.

Hablo de esas noches, los amigos y el amor.

La prepa, el programa de Sergio Romano, el regalo de mi hermano y su existencia, la universidad, los recitales al aire libre, las peñas, la casa de la cultura, los amigos, esa casa de estudiantes, Malasangre, El Chaplin, Diana y David Mendoza, el grupo Enlace, El Pancho Jaime del meritito Bacadéhuachi , El Isac Peña, Jorge Trewartha, La Verbena y una terraza en villa de Seris que sigue ahi, sábado tras sábado, diciendo tanto.

Hablo de ella, de Julio, los amigos Y EL AMOR.