/ martes 28 de abril de 2020

Del coronavirus, la cerveza y Al Capone

MI GUSTO ES… (O LA OTRA MIRADA)

Dicen que tras su paso por la cárcel, de donde salió en 1939, Al Capone se había deteriorado física y psíquicamente. Yo no lo sé de cierto pero, si de pronto, eso hubiera ocurrido en estos días y, específicamente aquí en esta ciudad , no nada más no hubiera ocurrido con esa suerte en cuanto a su prolongado encarcelamiento, sino que, además, de conseguir la libre hoy o mañana, se hubiera encontrado con un gran espacio de oportunidad con respecto a lo que era su mero mole.

Sí. Si hacemos un imaginario en el tiempo, creo que si Don Alphonse Gabriel le hace la luchita para verse favorecido por La Ley de amnistía, lo consigue, y, ya afuera, se las ingenia como lo hizo en Ciudad Juárez, donde estaba la compañía D.M . Distillery Co. S.A, -la más grande importadora de whiskey en México-, para traficar de manera ilegal con licor en el mercado estadounidense y este desabasto que hay ahorita en todos las vitrinas que busques, le hubiera hecho los mandados para laborar en lo mejor que sabía hacer, tal como sucedió con la famosa Ley Volstead que prohibía la venta, importación y fabricación de bebidas alcohólicas en todo el territorio de los Estados Unidos.

Y es que si bien es cierto no estamos hablando de ley seca ni hubo una prohibición total de la venta de cerveza , las compras de pánico de los consumidores en los puntos de venta , convirtieron en una problema lo que parecía la solución , esa de que las compañías cerveceras dejaran de surtir y la gente evitara conglomerarse en una fiesta, en una carne asada, en un baile y así prevenir más contagios por el coronavirus.

Cuestionable o no, la verdad es que hay una realidad: aunque usted no lo crea, se les puso difícil de conseguir a esos pecaminosos que desean beberse una cerveza fría pero fría para atenuar la ansiedad provocada por el encierro, por gusto, por adición, por costumbre o para contrarrestar las temperaturas que han aumentado y frente a la existencia de demanda, habrá de haber una suerte de generación espontánea de una oferta orientada a satisfacerla, que a su vez cumpla la función sistémica de restituir el equilibrio en el mercado para dejar tranquilos a los desvelados economistas. Es decir, quien quiera no se conformará y la seguirá buscando por cielo, bar y tierra aun cuando esto signifique un pago mayor que lo que cuentan normalmente.

Es ahí donde Al Capone se hubiera puesto manos a la obra y con el argumento de que «La prohibición no ha hecho más que dar problemas” más temprano que tarde, el regordete del buen vestir, ya tuviera funcionando un aguaje aquí y otro allá, para la envidia de Emilio del Razo o Doña Graciela en su más afamados tiempos de búsquedas y de madrugas, según constatan la fuentes que he consultado para esta única ocasión.

Desde luego que no estoy dando ideas, esto nada más es una recreación de lo que pudo haber pasado si en uno de sus internamientos a nuestro país, el famoso personaje lo hubiera hecho en estos días y frente a esta situación que ha obligado a las autoridades a meter en cintura a probables acaparadores y también a compradores que se han hecho presencia a montones y sin hacer caso con respecto a las medidas indicadas de la sana distancia , con tal de ser los afortunados en llevarse a casa, donde debería en estar, su seis, su doce o su veinticuatro.

Precisamente en esto de no cuidarse a quienes siguen montados en la desidia y el arriesgue y no han entendido por las buenas. Ni hablar. Tampoco se puede pasar por encima de ellos a la fuerza, pero si le hubieran pedido su opinión al afamado gánster quien quite hubiera respondido: Usted puede conseguir más con una palabra amable y una pistola, que lo que se puede con sólo una palabra amable”.

Dios guarde, para que tanta violencia. Luego me dará por imaginar que también aparece Eliot Ness y Los Intocables y entonces, ni para que les cuento.

MI GUSTO ES… (O LA OTRA MIRADA)

Dicen que tras su paso por la cárcel, de donde salió en 1939, Al Capone se había deteriorado física y psíquicamente. Yo no lo sé de cierto pero, si de pronto, eso hubiera ocurrido en estos días y, específicamente aquí en esta ciudad , no nada más no hubiera ocurrido con esa suerte en cuanto a su prolongado encarcelamiento, sino que, además, de conseguir la libre hoy o mañana, se hubiera encontrado con un gran espacio de oportunidad con respecto a lo que era su mero mole.

Sí. Si hacemos un imaginario en el tiempo, creo que si Don Alphonse Gabriel le hace la luchita para verse favorecido por La Ley de amnistía, lo consigue, y, ya afuera, se las ingenia como lo hizo en Ciudad Juárez, donde estaba la compañía D.M . Distillery Co. S.A, -la más grande importadora de whiskey en México-, para traficar de manera ilegal con licor en el mercado estadounidense y este desabasto que hay ahorita en todos las vitrinas que busques, le hubiera hecho los mandados para laborar en lo mejor que sabía hacer, tal como sucedió con la famosa Ley Volstead que prohibía la venta, importación y fabricación de bebidas alcohólicas en todo el territorio de los Estados Unidos.

Y es que si bien es cierto no estamos hablando de ley seca ni hubo una prohibición total de la venta de cerveza , las compras de pánico de los consumidores en los puntos de venta , convirtieron en una problema lo que parecía la solución , esa de que las compañías cerveceras dejaran de surtir y la gente evitara conglomerarse en una fiesta, en una carne asada, en un baile y así prevenir más contagios por el coronavirus.

Cuestionable o no, la verdad es que hay una realidad: aunque usted no lo crea, se les puso difícil de conseguir a esos pecaminosos que desean beberse una cerveza fría pero fría para atenuar la ansiedad provocada por el encierro, por gusto, por adición, por costumbre o para contrarrestar las temperaturas que han aumentado y frente a la existencia de demanda, habrá de haber una suerte de generación espontánea de una oferta orientada a satisfacerla, que a su vez cumpla la función sistémica de restituir el equilibrio en el mercado para dejar tranquilos a los desvelados economistas. Es decir, quien quiera no se conformará y la seguirá buscando por cielo, bar y tierra aun cuando esto signifique un pago mayor que lo que cuentan normalmente.

Es ahí donde Al Capone se hubiera puesto manos a la obra y con el argumento de que «La prohibición no ha hecho más que dar problemas” más temprano que tarde, el regordete del buen vestir, ya tuviera funcionando un aguaje aquí y otro allá, para la envidia de Emilio del Razo o Doña Graciela en su más afamados tiempos de búsquedas y de madrugas, según constatan la fuentes que he consultado para esta única ocasión.

Desde luego que no estoy dando ideas, esto nada más es una recreación de lo que pudo haber pasado si en uno de sus internamientos a nuestro país, el famoso personaje lo hubiera hecho en estos días y frente a esta situación que ha obligado a las autoridades a meter en cintura a probables acaparadores y también a compradores que se han hecho presencia a montones y sin hacer caso con respecto a las medidas indicadas de la sana distancia , con tal de ser los afortunados en llevarse a casa, donde debería en estar, su seis, su doce o su veinticuatro.

Precisamente en esto de no cuidarse a quienes siguen montados en la desidia y el arriesgue y no han entendido por las buenas. Ni hablar. Tampoco se puede pasar por encima de ellos a la fuerza, pero si le hubieran pedido su opinión al afamado gánster quien quite hubiera respondido: Usted puede conseguir más con una palabra amable y una pistola, que lo que se puede con sólo una palabra amable”.

Dios guarde, para que tanta violencia. Luego me dará por imaginar que también aparece Eliot Ness y Los Intocables y entonces, ni para que les cuento.