/ viernes 9 de noviembre de 2018

Cuatrojos

Tandariola

De la vista nace el amor. Amor a primera vista. La comida entra primero por los ojos y otras expresiones de la vox populi, engendran una verdad unánime de los sentidos: la vista es el gran instrumento para la percepción del mundo exterior, la sensibilidad a las gamas de color, nos ubica en 3D, nutre cálculos matemáticos del cerebro para la motricidad eficiente, batear una bola rápida y convertirla en hit, admirar la belleza inefable… todo con los óculos del alma, pero si existen anomalías orgánicas, imposibilitará percibir con nitidez los estímulos visuales.

Un chico de secundaria dijo con certeza que “los ojos son las mejores cámaras fotográficas que existen”. Coincido, sin embargo hay que reconocer que captar la luminosidad y emprender el maravilloso camino del conocimiento de nuestro entorno no es para la totalidad de la población pues muchos nacimos con defectos oculares o dioptrías alteradas, pero también hay quienes pierden la agudeza visual al transcurrir su vida.

Con el Censo de Población y Vivienda 2010 se supo que en México había 1.5 millones de personas que reconocieron tener limitación para distinguir la forma, tamaño y color aun usando lentes, así como la pérdida y la debilidad de la vista en uno o dos ojos; de este total, las mujeres superan a los hombres y el grupo de edad donde más se presenta esta limitación es entre 50 a 54 años, siendo las principales causas el haber tenido alguna enfermedad (42.06%) y la edad avanzada (25.9%). En Baja California Sur había en ese año 7,639 personas con limitación para ver, sin embargo, las cantidades entre hombres y mujeres están casi a la par aunque es consistente con el dato nacional del grupo de edad para la mayoría. No es casual que quienes nacieron en la década de los cincuentas fueron las primeras generaciones que tuvieron acceso a la tecnología masiva de la televisión.

Quienes tenemos los ojos desenfocados reconocemos que gozar de una visión 20/20 es un plus humano. Ante ello, de la óptica como ciencia y parte de la física que estudia las leyes y los fenómenos de la luz, se deriva al aspecto técnico que ayuda a mejorar la visión, mediante el diseño y fabricación de instrumentos como los anteojos. Y ante toda necesidad, surgieron los negocios que adaptan estos mecanismos, denominadas como ópticas, que ayudan a que las personas puedan tener una buena visión y hasta mostrar un look intelectual y geek.

Al año 2014, había en nuestro país un total de 12,742 establecimientos que se dedicaban al comercio al por menor de lentes. En la media península se registraron 102 negocios de este tipo: 53 en el municipio de La Paz, 38 en Los Cabos, 6 en Mulegé, 4 en Comondú y uno en Loreto (www.inegi.org.mx). En esta cantidad de establecimientos se encuentran productos oftálmicos con versiones económicas y marcas exclusivas, de contacto, micas de nueva generación –no más fondos de botella-, progresivos, polarizados, fotogrey, antirreflejantes, etcétera. Un abanico de opciones para enfrentar la miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia o vista cansada, una o varias anomalías visuales, lo que ha desarrollado una gran negocio, aunque graduarse unas gafas no es para nada barato.

El periodista Sam Knight menciona en un artículo del periódico The Guardian que “es difícil pensar en otro objeto de nuestra sociedad que sea un dispositivo médico como accesorio de moda… una deficiencia física en una declaración de estilo”. Dos son las empresas que a nivel global producen los millones de armazones y micas, Essilor y Luxottica, que se diversifican en toda la gama de marcas conocidas y que en breve se fusionarán, previendo una estrategia industrial sin precedentes ante las evidencias claras de una sociedad que acelera la degradación de sus ojos (www.theguardian.com).

Es verdad que por miles de años vivimos sin anteojos y desarrollamos civilizaciones sin artilugios para la vista que se inventaron hasta el siglo XIII, pero que hasta el siglo XX se volvió una industria masiva. Hoy usar lentes es bastante común e incluso ya no es un estigma ser un o una cuatrojos.

¡Eytale!

La industria oftálmica global genera al año 100,000 millones de euros. Se prevé el incremento a 140,000 millones en el año 2020. De esas ventas, el 40% es por armazones y gafas de sol; además otro 10% es de la comercialización de la denominada alta gama (de diseño y materiales exclusivos, de alto costo) de lentes de sol (www.elpais.com). Desde mi personal punto de vista -con miopía-, es un invento genial de los italianos, porque ver con nitidez la luna fue para mí un descubrimiento sobresaltado a los once años cuando usé mis primeros armazones de metal con vidrio. Ti quero más que a mis ojos, pero quero más a mis ojos, porque mis ojos ti vieron… pero con antiparras.

Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora y sibarita.

Tandariola

De la vista nace el amor. Amor a primera vista. La comida entra primero por los ojos y otras expresiones de la vox populi, engendran una verdad unánime de los sentidos: la vista es el gran instrumento para la percepción del mundo exterior, la sensibilidad a las gamas de color, nos ubica en 3D, nutre cálculos matemáticos del cerebro para la motricidad eficiente, batear una bola rápida y convertirla en hit, admirar la belleza inefable… todo con los óculos del alma, pero si existen anomalías orgánicas, imposibilitará percibir con nitidez los estímulos visuales.

Un chico de secundaria dijo con certeza que “los ojos son las mejores cámaras fotográficas que existen”. Coincido, sin embargo hay que reconocer que captar la luminosidad y emprender el maravilloso camino del conocimiento de nuestro entorno no es para la totalidad de la población pues muchos nacimos con defectos oculares o dioptrías alteradas, pero también hay quienes pierden la agudeza visual al transcurrir su vida.

Con el Censo de Población y Vivienda 2010 se supo que en México había 1.5 millones de personas que reconocieron tener limitación para distinguir la forma, tamaño y color aun usando lentes, así como la pérdida y la debilidad de la vista en uno o dos ojos; de este total, las mujeres superan a los hombres y el grupo de edad donde más se presenta esta limitación es entre 50 a 54 años, siendo las principales causas el haber tenido alguna enfermedad (42.06%) y la edad avanzada (25.9%). En Baja California Sur había en ese año 7,639 personas con limitación para ver, sin embargo, las cantidades entre hombres y mujeres están casi a la par aunque es consistente con el dato nacional del grupo de edad para la mayoría. No es casual que quienes nacieron en la década de los cincuentas fueron las primeras generaciones que tuvieron acceso a la tecnología masiva de la televisión.

Quienes tenemos los ojos desenfocados reconocemos que gozar de una visión 20/20 es un plus humano. Ante ello, de la óptica como ciencia y parte de la física que estudia las leyes y los fenómenos de la luz, se deriva al aspecto técnico que ayuda a mejorar la visión, mediante el diseño y fabricación de instrumentos como los anteojos. Y ante toda necesidad, surgieron los negocios que adaptan estos mecanismos, denominadas como ópticas, que ayudan a que las personas puedan tener una buena visión y hasta mostrar un look intelectual y geek.

Al año 2014, había en nuestro país un total de 12,742 establecimientos que se dedicaban al comercio al por menor de lentes. En la media península se registraron 102 negocios de este tipo: 53 en el municipio de La Paz, 38 en Los Cabos, 6 en Mulegé, 4 en Comondú y uno en Loreto (www.inegi.org.mx). En esta cantidad de establecimientos se encuentran productos oftálmicos con versiones económicas y marcas exclusivas, de contacto, micas de nueva generación –no más fondos de botella-, progresivos, polarizados, fotogrey, antirreflejantes, etcétera. Un abanico de opciones para enfrentar la miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia o vista cansada, una o varias anomalías visuales, lo que ha desarrollado una gran negocio, aunque graduarse unas gafas no es para nada barato.

El periodista Sam Knight menciona en un artículo del periódico The Guardian que “es difícil pensar en otro objeto de nuestra sociedad que sea un dispositivo médico como accesorio de moda… una deficiencia física en una declaración de estilo”. Dos son las empresas que a nivel global producen los millones de armazones y micas, Essilor y Luxottica, que se diversifican en toda la gama de marcas conocidas y que en breve se fusionarán, previendo una estrategia industrial sin precedentes ante las evidencias claras de una sociedad que acelera la degradación de sus ojos (www.theguardian.com).

Es verdad que por miles de años vivimos sin anteojos y desarrollamos civilizaciones sin artilugios para la vista que se inventaron hasta el siglo XIII, pero que hasta el siglo XX se volvió una industria masiva. Hoy usar lentes es bastante común e incluso ya no es un estigma ser un o una cuatrojos.

¡Eytale!

La industria oftálmica global genera al año 100,000 millones de euros. Se prevé el incremento a 140,000 millones en el año 2020. De esas ventas, el 40% es por armazones y gafas de sol; además otro 10% es de la comercialización de la denominada alta gama (de diseño y materiales exclusivos, de alto costo) de lentes de sol (www.elpais.com). Desde mi personal punto de vista -con miopía-, es un invento genial de los italianos, porque ver con nitidez la luna fue para mí un descubrimiento sobresaltado a los once años cuando usé mis primeros armazones de metal con vidrio. Ti quero más que a mis ojos, pero quero más a mis ojos, porque mis ojos ti vieron… pero con antiparras.

Comunicóloga, fotógrafa, diseñadora y sibarita.

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