En un mes de agosto, pero en el transcurrir de los primeros 30 años del siglo XX, se presentaron dos hechos que alimentaron los movimientos regionalistas que se presentaron en el entonces Territorio de Baja California Sur entre 1924 y 1974, y que se pueden considerar como movimientos precursores del cambio a Estado Libre y Soberano que se produjo a partir de octubre de 1974.
El primero fue el Plebiscito que el 15 de agosto de 1920 eligió a Agustín Arriola Martínez como Gobernador del entonces Distrito Sur del Territorio, estando de por medio la anuencia del sonorense Adolfo de la Huerta, quien a partir de mayo de 1920 ocupó brevemente la Presidencia de México.
Recordar la Constitución de 1824, pero igual la de 1857 y la de 1917, los ahora estados de la Península de Baja California fueron considerados territorios federales, con todo lo que implicaba, es decir, el gobierno central era el responsable de tomar las principales decisiones políticas en la región.
A Adolfo de la Huerta, quien en un tiempo fue agente de la empresa alemana Singer para el noroeste del país, le permitió conocer la región y a su gente, y como Primer Mandatario dio su beneplácito para que se efectuará el Plebiscito, a semanas de ocupar la titularidad del Ejecutivo Federal.
Así, el domingo 15 de agosto de 1920 fueron a las urnas, en la modalidad del Plebiscito el comerciante y ganadero paceño entonces regidor del Ayuntamiento de La Paz, Agustín Arriola Martínez contra el coronel revolucionario Urbano Angulo, y otros aspirantes más.
Arriola con 2028 votos obtiene el 53 por ciento de los sufragios, en tanto que Angulo logra 1215 con el 33 por ciento, y en tercer lugar Juan H. Mendoza con 519 votos que le dio el 14 por ciento.
En 150 años de vida como Territorio, entre 1824 y 1974, fue la única elección para designar al Gobernador, y nunca más volvió a existir un ejercicio similar, hasta que en marzo de 1975 se eligió al primer Gobernador del Estado Libre y Soberano de Baja California Sur.
Lo ocurrido el 15 de agosto de 1920 nunca se repetiría, y sería una de las banderas que enarbolaron los grupos regionalistas reivindicando derechos políticos por espacio de medio siglo a partir de 1924.
El segundo hecho que marcaría la vida social y política de los sudcalifornianos fue en el año de 1928, cuando el día 20 de agosto el Diario Oficial de la Federación publicaba el Decreto que desaparecían los municipios en el Distrito y territorios federales, medida que entraría en vigor el 1 de enero de 1929.
Así, de un plumazo, y derivado de la cruenta lucha por la sucesión presidencial 1927-1928, entre los sonorenses Serrano, Gómez y Obregón, el Manco de Celaya aniquila a Serrano y a Gómez en 1927, pero dado que Francisco Serrano había gobernado el Distrito Federal, los presidentes municipales le obedecían políticamente, y Obregón temía que al llegar a la Presidencia de México el serranismo le estuviera metiendo el pie en la capital del país y no lo dejara gobernar; por ello, el denominado General Invicto, primero eliminó a sus adversarios y luego desapareció los gobiernos municipales y se impulsó la figura de Jefe del Departamento y delegados, en lugar de Gobernador y Presidentes Municipales.
Esa decisión centralista afectó al Distrito Sur de la Baja California, puesto que la reforma legal establecía desaparecer los municipios en el Distrito y territorios federales por igual, y sustituirlos por delegados de gobierno.
De esa forma, un siglo de vida municipal llegaba a su fin, y la posibilidad de que la ciudadanía eligiera a sus gobiernos locales acabó el 1 de enero de 1929 con la entrada en vigor de la nueva Ley Orgánica del Distrito y Territorios Federales
A Obregón se le atravesó José de León Total en La Bombilla en julio de 1928, cambiando la historia; pero después de muerto, siguió ganando batallas y la Reforma para desaparecer los municipios que él impulsó siguió adelante.
La reinstalación del municipio fue una bandera adicional que desde 1929, los grupos locales plantearon al poder central, pero nunca fueron atendidos.
Aquí podemos ver la magia del tiempo. Cien años de que concluyó Arriola en 1924 su gobierno, y 50 para el proceso de cambio político para 1974; 42 para la reinstalación de los municipios en 1971.
A 50 años de la conversión de Territorio a Estado en 1974-75, podemos ver a la distancia la lucha de otras generaciones de sudcalifornianos por este cambio que hoy tenemos la oportunidad de disfrutar.