/ domingo 19 de septiembre de 2021

Atlante de las Californias (Extracto de tres conferencias en Tegucigalpa)

Quien sería llamado el “Atlante de las Californias”, Juan de Ugarte, nació en Tegucigalpa, Honduras, el 22 de julio de 1682.

Desde temprana edad fue enviado a estudiar a Guatemala. Sus relaciones con maestros jesuitas lo inclinaron a pertenecer a la Compañía de Jesús, donde recomendaron las virtudes del muchacho, a quien le fue dispuesto ir a la ciudad de México.

Ingresó al noviciado en Tepotzotlán a los 17 años de edad. Era el de menor edad y antigüedad entre todos los novicios; sin embargo le fue conferido el cargo de prefecto de noviciado. Después pasó como maestro de algunos hermanos jóvenes, y posteriormente al estudio de Filosofía en el Colegio Máximo de México.

“Eran sus poesías apreciadas de los más cultos, -dice de Ugarte el también jesuita Miguel Venegas- sus argumentos temidos de los más perspicaces, sus soluciones, cuando él respondía, calificadas como sólidas y no fáciles de impugnar, y, finalmente, sus sermones admirados y aplaudidos de los más doctos.”

Fue asignado al colegio de Zacatecas, y en un par de años volvió a México a proseguir los estudios; en el colegio de San Ildefonso fue maestro de aposentos, despensero y comprador. Su talento para el manejo de los asuntos económicos hizo que mejorara notablemente la calidad y cantidad de los alimentos.

Obtuvo el sacerdocio a los 31 años y lo destinaron como ministro al Colegio Máximo, donde tuvo actuación sobresaliente. En seguida lo nombraron ministro del colegio de Tepotzotlán, donde ese mismo año ingresó como novicio su hermano Pedro.

Después fue profesor en el Colegio Máximo y luego rector del de San Gregorio, también en la ciudad de México.

Por entonces, los padres Eusebio Francisco Kino y Juan María de Salvatierra lograron la licencia para empezar su obra evangelizadora en California. El hondureño quedó como procurador de los socorros que desde la capital novohispánica deberían ser enviados a la lejana península.

El 25 de octubre de 1697 fundó el padre superior Juan María la primera misión permanente y primera capital de las Californias en Loreto.

Hombre de acción, el padre Ugarte solicitó y logró permiso para pasar hasta la primera fundación. Arribó a Loreto el 19 de marzo de 1701, y por

medio del superior pudo conseguir la licencia para quedarse definitivamente en California.

Se confió a Ugarte la misión de San Francisco Javier Viggé-Biaundó, quien emprendió los trabajos de enseñar, adoctrinar a los naturales y habituarlos al cultivo de la tierra y la cría de ganados. El sacerdote era maestro y capataz, carpintero, albañil y peón de todos los oficios, el primero en poner el ejemplo enseñando a los neófitos a hacer todas las labores.

Después de las primeras experiencias con la lengua local, y para evitar burlas por las malintencionadas traducciones de los adultos, decidió adoptar como maestros a los niños.

Salvatierra debió salir temporalmente de California y dejó en su lugar a Ugarte, quien encargó los asuntos de Loreto a su hermano Pedro y él volvió a sus trabajos en San Javier, donde logró obtener abundantes cosechas de trigo, maíz y otros varios granos, así como de vino para el culto e incluso le alcanzó para intercambiar mercancías en Sinaloa y Sonora. Crio caballos y ovejas, con lo cual se hizo proveedor de todo el territorio misional.

Adiestró a los niños en diversos oficios, construyó habitación aparte para las niñas huérfanas y otra casa que dispuso como hospital.

Salvatierra terminó su comisión y volvió a Loreto en los inicios de 1707, año excepcionalmente improductivo para toda la Nueva España sobre todo por falta de lluvias; California sufrió la misma escasez pero fue subsanada por los trabajos y previsión de Ugarte, al grado de que la misión de éste fue calificada como la despensa común de todo el proyecto evangelizador.

Construyó un telar e hizo traer un maestro tejedor a quien pagaba con los productos de sus cosechas, para adiestrar a los nativos, proveerlos de vestido y aun para vender.

El padre Juan María murió en Guadalajara el 18 de julio de 1717, de viaje a la capital del virreinato, pero había dejado previamente como superior a Ugarte.

Para la programada fundación de la misión de La Paz, éste dirigió la construcción del primer barco fabricado en todas las Californias: A treinta leguas de Mulegé halló gran cantidad de güéribos, y en esa sierra estuvo cuatro meses; bajo su dirección fueron cortados los árboles y se condujeron hasta la playa las maderas con que fue construida la balandra proyectada, a la que el religioso dio el nombre de Triunfo de la Cruz, la cual fue botada el 14 de septiembre de 1720.

Hace pocos días se cumplieron 301 años de ese excepcional acontecimiento.

Murió Juan de Ugarte el 29 de diciembre de 1730 en su misión de San Javier, a los 68 años de edad y 30 de misionero en California.

Quien sería llamado el “Atlante de las Californias”, Juan de Ugarte, nació en Tegucigalpa, Honduras, el 22 de julio de 1682.

Desde temprana edad fue enviado a estudiar a Guatemala. Sus relaciones con maestros jesuitas lo inclinaron a pertenecer a la Compañía de Jesús, donde recomendaron las virtudes del muchacho, a quien le fue dispuesto ir a la ciudad de México.

Ingresó al noviciado en Tepotzotlán a los 17 años de edad. Era el de menor edad y antigüedad entre todos los novicios; sin embargo le fue conferido el cargo de prefecto de noviciado. Después pasó como maestro de algunos hermanos jóvenes, y posteriormente al estudio de Filosofía en el Colegio Máximo de México.

“Eran sus poesías apreciadas de los más cultos, -dice de Ugarte el también jesuita Miguel Venegas- sus argumentos temidos de los más perspicaces, sus soluciones, cuando él respondía, calificadas como sólidas y no fáciles de impugnar, y, finalmente, sus sermones admirados y aplaudidos de los más doctos.”

Fue asignado al colegio de Zacatecas, y en un par de años volvió a México a proseguir los estudios; en el colegio de San Ildefonso fue maestro de aposentos, despensero y comprador. Su talento para el manejo de los asuntos económicos hizo que mejorara notablemente la calidad y cantidad de los alimentos.

Obtuvo el sacerdocio a los 31 años y lo destinaron como ministro al Colegio Máximo, donde tuvo actuación sobresaliente. En seguida lo nombraron ministro del colegio de Tepotzotlán, donde ese mismo año ingresó como novicio su hermano Pedro.

Después fue profesor en el Colegio Máximo y luego rector del de San Gregorio, también en la ciudad de México.

Por entonces, los padres Eusebio Francisco Kino y Juan María de Salvatierra lograron la licencia para empezar su obra evangelizadora en California. El hondureño quedó como procurador de los socorros que desde la capital novohispánica deberían ser enviados a la lejana península.

El 25 de octubre de 1697 fundó el padre superior Juan María la primera misión permanente y primera capital de las Californias en Loreto.

Hombre de acción, el padre Ugarte solicitó y logró permiso para pasar hasta la primera fundación. Arribó a Loreto el 19 de marzo de 1701, y por

medio del superior pudo conseguir la licencia para quedarse definitivamente en California.

Se confió a Ugarte la misión de San Francisco Javier Viggé-Biaundó, quien emprendió los trabajos de enseñar, adoctrinar a los naturales y habituarlos al cultivo de la tierra y la cría de ganados. El sacerdote era maestro y capataz, carpintero, albañil y peón de todos los oficios, el primero en poner el ejemplo enseñando a los neófitos a hacer todas las labores.

Después de las primeras experiencias con la lengua local, y para evitar burlas por las malintencionadas traducciones de los adultos, decidió adoptar como maestros a los niños.

Salvatierra debió salir temporalmente de California y dejó en su lugar a Ugarte, quien encargó los asuntos de Loreto a su hermano Pedro y él volvió a sus trabajos en San Javier, donde logró obtener abundantes cosechas de trigo, maíz y otros varios granos, así como de vino para el culto e incluso le alcanzó para intercambiar mercancías en Sinaloa y Sonora. Crio caballos y ovejas, con lo cual se hizo proveedor de todo el territorio misional.

Adiestró a los niños en diversos oficios, construyó habitación aparte para las niñas huérfanas y otra casa que dispuso como hospital.

Salvatierra terminó su comisión y volvió a Loreto en los inicios de 1707, año excepcionalmente improductivo para toda la Nueva España sobre todo por falta de lluvias; California sufrió la misma escasez pero fue subsanada por los trabajos y previsión de Ugarte, al grado de que la misión de éste fue calificada como la despensa común de todo el proyecto evangelizador.

Construyó un telar e hizo traer un maestro tejedor a quien pagaba con los productos de sus cosechas, para adiestrar a los nativos, proveerlos de vestido y aun para vender.

El padre Juan María murió en Guadalajara el 18 de julio de 1717, de viaje a la capital del virreinato, pero había dejado previamente como superior a Ugarte.

Para la programada fundación de la misión de La Paz, éste dirigió la construcción del primer barco fabricado en todas las Californias: A treinta leguas de Mulegé halló gran cantidad de güéribos, y en esa sierra estuvo cuatro meses; bajo su dirección fueron cortados los árboles y se condujeron hasta la playa las maderas con que fue construida la balandra proyectada, a la que el religioso dio el nombre de Triunfo de la Cruz, la cual fue botada el 14 de septiembre de 1720.

Hace pocos días se cumplieron 301 años de ese excepcional acontecimiento.

Murió Juan de Ugarte el 29 de diciembre de 1730 en su misión de San Javier, a los 68 años de edad y 30 de misionero en California.