/ domingo 5 de junio de 2022

Acontecimientos astronómicos en California

El 5 de junio de 2012 fue observado de nuevo en La Paz, capital de California del sur, el tránsito de Venus por el disco solar, bajo la promoción del maestro Pepe Farah, dentro del patio del templo católico ubicado en la cima de la colina frente a la UABCS.

Ello ocurrió casi dos siglos y medio después de que lo hicieran Juan Bautista Chappé D’Auteroche en San José del Cabo, auspiciado por la Academia de Ciencias de Francia; y en Santa Ana el criollo Joaquín Velázquez de León por comisión del virrey marqués de Croix.

La crónica del francés (que ya había estado en Siberia ocho años antes con el mismo propósito que el de ahora) informa que, desde un mes antes, “la tarde del 16 de mayo [1769] y con ayuda de algunas corrientes y ráfagas de viento favorables alcanzamos a ver las tierras de California todavía lejos, como a unas 18 leguas; estimamos que serían las del cabo San Lucas…”

A causa de los vientos pudieron anclar en San José tres días después a media legua de la costa y enfrente de la desembocadura del arroyo que pasa por esta misión, “pero aunque estábamos al fin de nuestra travesía, no estábamos aún al término de nuestras inquietudes…, el viento comenzó a calmarse y finalmente encontramos un momento favorable que aprovechamos con rapidez para desembarcar.”

Con la noche ya cerca decidieron dormir en la playa y llegar a San José el día siguiente, y “fue así como después de echar un ojo sobre los instrumentos que me rodeaban y verificando que ninguno había sufrido ningún daño recordé todos los espacios de tierra y de mar que tan felizmente había recorrido y pensando, sobre todo, que me quedaba aún tiempo suficiente para mi observación, sentí una satisfacción y una felicidad de la que me es imposible dar idea.”

La noticia de su llegada fue comunicada a la misión de San José, recién administrada por el franciscano Juan Morán (luego de la expulsión de los jesuitas), desde donde “nos enviaron rápidamente unas mulas; tomé entonces la decisión de llegar allá de inmediato, dejando a Pauly en la ribera para que fuera transportado al día siguiente con el equipaje que no pude tomar conmigo.”

Se instaló “en un amplio granero, del que hice quitar la mitad del techo en el lado sur para poder colocar telas que pudieran ponerse y quitarse a voluntad; todos mis instrumentos quedaron ya armados, listos y probados en el estado en que deberían servir para la observación del tránsito de Venus; el clima me secundó perfectamente y tuve todo el tiempo necesario para montar mi péndulo haciendo observaciones exactas y múltiples.

Finalmente llegó el 3 de junio y pude hacer la observación más completa…”

El señor Chappé murió el 1 de agosto de ese mismo 1769, víctima de una de las tantas epidemias que han asolado a la península californiana desde los inicios de su colonización. Falleció rodeado por el geógrafo Jean Pauly, el dibujante Alexander Noël (del que se conservan algunos apuntes, entre ellos el del sepelio de Chappé), los astrónomos españoles Vicente de Doz y Salvador de Medina, el mecánico de aparatos astronómicos J. Dubois y otros acompañantes, quienes se reunieron alrededor de él para recibir su última exhalación, con la serenidad que da la satisfacción de haber cumplido a plenitud su objetivo de hacer la observación del paso del planeta Venus por el disco del Sol, con que se pudieron efectuar las mediciones de distancias entre el astro mayor del sistema solar y nuestro planeta (paralaje), en el cielo proverbialmente despejado de la península.

Datos importantes derivados de estos acontecimientos:

1. Durante dicha epidemia murió asimismo en San José del Cabo el sacerdote Morán, a quien sustituyó el también franciscano Juan Antonio Rioboo en la misión josefina.

2. Las mediciones de Velázquez y D’ Auteroche resultaron de admirable coincidencia, a pesar de que fueron hechas distantes 120 kilómetros.

3. Sólo un miembro de la expedición europea pudo regresar con vida a París llevando las notas y observaciones de Chappé, que fueron publicadas en París tres años después con el título de Voyage en Californie, pour l'observation du passage de Vénus sur le disque du soleil (“Viaje a California para la observación del paso de Venus sobre el disco del Sol”).

4. Iris W. Engstrand editó en 1976 su libro Joaquín Velázquez de León: Royal Officer in Baja California, 1768 – 1770, que reimprimió en 2018 y presentó poco después en el museo Ruta de Plata, de El Triunfo.

5. El planetario fundado por Farah en La Paz, ahora a cargo de Margarita Molina, su esposa, lleva el nombre de Joaquín Velázquez de León.

Acontecimientos merecedores de recordación, como se hace ahora en esta columna…

El 5 de junio de 2012 fue observado de nuevo en La Paz, capital de California del sur, el tránsito de Venus por el disco solar, bajo la promoción del maestro Pepe Farah, dentro del patio del templo católico ubicado en la cima de la colina frente a la UABCS.

Ello ocurrió casi dos siglos y medio después de que lo hicieran Juan Bautista Chappé D’Auteroche en San José del Cabo, auspiciado por la Academia de Ciencias de Francia; y en Santa Ana el criollo Joaquín Velázquez de León por comisión del virrey marqués de Croix.

La crónica del francés (que ya había estado en Siberia ocho años antes con el mismo propósito que el de ahora) informa que, desde un mes antes, “la tarde del 16 de mayo [1769] y con ayuda de algunas corrientes y ráfagas de viento favorables alcanzamos a ver las tierras de California todavía lejos, como a unas 18 leguas; estimamos que serían las del cabo San Lucas…”

A causa de los vientos pudieron anclar en San José tres días después a media legua de la costa y enfrente de la desembocadura del arroyo que pasa por esta misión, “pero aunque estábamos al fin de nuestra travesía, no estábamos aún al término de nuestras inquietudes…, el viento comenzó a calmarse y finalmente encontramos un momento favorable que aprovechamos con rapidez para desembarcar.”

Con la noche ya cerca decidieron dormir en la playa y llegar a San José el día siguiente, y “fue así como después de echar un ojo sobre los instrumentos que me rodeaban y verificando que ninguno había sufrido ningún daño recordé todos los espacios de tierra y de mar que tan felizmente había recorrido y pensando, sobre todo, que me quedaba aún tiempo suficiente para mi observación, sentí una satisfacción y una felicidad de la que me es imposible dar idea.”

La noticia de su llegada fue comunicada a la misión de San José, recién administrada por el franciscano Juan Morán (luego de la expulsión de los jesuitas), desde donde “nos enviaron rápidamente unas mulas; tomé entonces la decisión de llegar allá de inmediato, dejando a Pauly en la ribera para que fuera transportado al día siguiente con el equipaje que no pude tomar conmigo.”

Se instaló “en un amplio granero, del que hice quitar la mitad del techo en el lado sur para poder colocar telas que pudieran ponerse y quitarse a voluntad; todos mis instrumentos quedaron ya armados, listos y probados en el estado en que deberían servir para la observación del tránsito de Venus; el clima me secundó perfectamente y tuve todo el tiempo necesario para montar mi péndulo haciendo observaciones exactas y múltiples.

Finalmente llegó el 3 de junio y pude hacer la observación más completa…”

El señor Chappé murió el 1 de agosto de ese mismo 1769, víctima de una de las tantas epidemias que han asolado a la península californiana desde los inicios de su colonización. Falleció rodeado por el geógrafo Jean Pauly, el dibujante Alexander Noël (del que se conservan algunos apuntes, entre ellos el del sepelio de Chappé), los astrónomos españoles Vicente de Doz y Salvador de Medina, el mecánico de aparatos astronómicos J. Dubois y otros acompañantes, quienes se reunieron alrededor de él para recibir su última exhalación, con la serenidad que da la satisfacción de haber cumplido a plenitud su objetivo de hacer la observación del paso del planeta Venus por el disco del Sol, con que se pudieron efectuar las mediciones de distancias entre el astro mayor del sistema solar y nuestro planeta (paralaje), en el cielo proverbialmente despejado de la península.

Datos importantes derivados de estos acontecimientos:

1. Durante dicha epidemia murió asimismo en San José del Cabo el sacerdote Morán, a quien sustituyó el también franciscano Juan Antonio Rioboo en la misión josefina.

2. Las mediciones de Velázquez y D’ Auteroche resultaron de admirable coincidencia, a pesar de que fueron hechas distantes 120 kilómetros.

3. Sólo un miembro de la expedición europea pudo regresar con vida a París llevando las notas y observaciones de Chappé, que fueron publicadas en París tres años después con el título de Voyage en Californie, pour l'observation du passage de Vénus sur le disque du soleil (“Viaje a California para la observación del paso de Venus sobre el disco del Sol”).

4. Iris W. Engstrand editó en 1976 su libro Joaquín Velázquez de León: Royal Officer in Baja California, 1768 – 1770, que reimprimió en 2018 y presentó poco después en el museo Ruta de Plata, de El Triunfo.

5. El planetario fundado por Farah en La Paz, ahora a cargo de Margarita Molina, su esposa, lleva el nombre de Joaquín Velázquez de León.

Acontecimientos merecedores de recordación, como se hace ahora en esta columna…